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MÚSICA
Fallout - UNSECRET, Neoni

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Capítulo 41
El ataque del bosque III

Margo no veía, ya ni siquiera podía guiarse por los leves destellos de la luz de la luna que lograban escabullirse entre los árboles. Quizá se trataba del golpe en su cabeza, quizá de la rama clavada en su tórax, quizá de lo cansada y agitada que estaba.

Todo era una posibilidad, pero lo que la mantenía despierta y atenta era la adrenalina que ahora corría por sus venas. El miedo por más horrible que fuese, la mantenía con vida.

Entonces recordó algo. Algo importante.

Xen.

Margo se concentró, a pesar de todo el dolor, del terror y nauseas, se concentró en encontrar a su mejor amiga.

Xenia, se que me escuchas... atiende a esto: no vengas al bosque, ¿entendiste? Por lo que más quieras... no salgas de la academia pase lo que pase.

Si recibió respuesta no lo supo porque fue entonces que entre tanta oscuridad, un destello azul fue la que la iluminó por completo. De repente, Margo sintió un remolino alrededor de ella, dentro de ella, un mareo tan grande que le revolvió el estómago.

Una caída en picada la trajo de nuevo al bosque pero ahora se encontraba en una zona completamente diferente.

Margo abrió sus ojos y lo primero que su cuerpo la impulsó a hacer fue gritar. El terror, la adrenalina, el cansancio, el dolor... todos esos sentimientos se acumularon en su garganta y ella no pudo resistirlo.

Pero entonces, una mano tapó su boca y un brazo la rodeó tanto su abdomen como sus antebrazos atrayéndola hacia un cuerpo.

—¡SHH! —Deylen exclamó en un susurro—. Ni se te ocurra abrir la boca.

Margo aferró sus manos sobre el brazo de él y apoyando su cabeza sobre su pecho, apretó sus ojos con tal fuerza que sintió como las lágrimas de derramaban por sus mejillas acaloradas.

—No nos escuchó aún... —su voz, su acento era lo único que ella logró oír—. Aguanta.

Margo aguantó sólo porque sabía que con él estaba a salvo, en sus brazos había esperanza.

Pasó un minuto casi exacto hasta que el demonio terminó por marcharse, Deylen lo contó segundo por segundo. Si no hubiese saltado antes de tiempo, hubiese olido la sangre y los hubiese perseguido hasta arrancarles cada extremidad del cuerpo.

Deylen apartó la mano de su boca y Margo dejó caer su cabeza sobre su hombro, estaba exhausta. Su cabeza se deslizó y terminó por recostarse sobre su cuello.

—Quita el brazo —le suplicó ella.

Deylen no lo había visto, en aquel estado nunca hubiese podido, pero Margo tenía una herida en el pecho. La soltó inmediatamente y esta se deslizó por su cuerpo hasta caer al suelo.

Él se agachó hasta ella y llevó sus manos hacia su pecho buscando con sus dedos el problema.

—¿Qué tienes? —no hizo falta que ella respondiera, él con su tacto encontró la rama en ese instante—. Toma aire.

—Ni se te ocu...

Deylen tapó su boca en el mismo momento en que arrancó la rama incrustada en sus músculos. Rápidamente hizo presión en su herida. Margo pegó tal grito que aunque Deylen sujetase sus labios contra su palma, pudo oír con claridad ahogarse lenta y desgarradoramente.

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Où les histoires vivent. Découvrez maintenant