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MÚSICA
Twisted Games — Night Panda, Krigare

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Capítulo 3
Hay más como nosotros

—¿Cómo se que no eres un pedófilo y vas a secuestrarme? —le preguntó Margo mientras bajaba los escalones junto al hombre de abrigo costoso.

El hombre murmuró una risa de la cual Margo no estuvo muy tranquila.

—Bueno, no puedes entrar en mi cabeza... —le respondió—... así que tendrás que confiar en mi. 

Y aquello era algo que Margo no se podía permitir, no solo porque no quisiera, sino porque realmente no podía. Aquel orfanato le había generado tantos traumas que habían hecho de Margo una persona muy diferente a lo que era en su niñez.

—¿Dónde esta Xenia? —le preguntó nuevamente, tal vez la idea de volver a la cárcel no le incomodaba mucho, no después de todo por lo que había pasado, pero cuando se trataba de su mejor amiga, a ella no dejaría que nada le pasara, era a la única persona que realmente quería.

—En la camioneta—le señaló el coche negro sobre la calle que esperaba frente a la estación policial.

Margo no se fiaba una mierda de esa camioneta, mucho menos viendo que sus ventanas eran completamente negras y no podía ver dentro, por lo que no podía ver si de verdad Xenia estaba ahí sentada esperándola, no podía saber de ningún modo si aquel hombre mentía o decía la verdad, y digamos que sus poderes no eran muy útiles en aquel momento.

La puerta de la camioneta se abrió y a Margo no le quedo otra que subirse y rezar porque Xenia estuviese ahí también. Así que se metió de un salto y se deslizó por el cuero claro. Y entonces la vio, ahí estaba la rubia a quien llamaba hermana.

—¡Margo! —se le abalanzó encima para rodearla con sus brazos en un cariñoso abrazo—. Pensé que nunca saldrías...

Le susurró al oido muy preocupada.

—Bueno... no es un hotel cinco estrellas... —bromeó ella a lo que Xenia se separó y le sonrío de oreja a oreja, Margo conocía esa sonrisa nostálgica, lo que faltaba era que Xenia se largase a llorar ahí mismo.

—Iba a venir a buscarte, tenía planeado entrar, robar las llaves... —pero entonces Margo con rapidez la cayó con aquella mirada de cautela.

—Sh... podemos hablar de eso después —los ojos de Margo se dirigieron al hombre que ahora estaba sentado en el asiento del acompañante, a su lado un chofer hasta con gorro conducía el vehículo.

Se dio la vuelta al escucharlas y miró a Margo.

—Su amiga me lo contó todo, no hace falta que se guarde nada Margaret —le sonrió el hombre de traje con aquellos ojos atractivamente claros.

Margo miró a su amiga completamente decepcionada, aunque siempre supo que Xenia era mucho más débil y fácil de doblegar que ella misma, así que sus miedos se hicieron realidad y no tenía idea de cuanto le había revelado a aquel tipo.

—¡Xenia! —se quejó Margo viéndola bastante molesta a lo que ella le sonrió algo nerviosa.

—Él sabe lo que somos Margo, y dice que conoce a más como nosotros... —y otra vez, Margo la interrumpió.

—¿Y tú así como así le creíste? —negaba con la cabeza mientras alzaba sus manos sin poder creer que su mejor amiga siga siendo igual de ingenua que desde cuando la había conocido—. Vamos Xen, ya hablamos de esto... No puedes ir por ahí y contándoles a extraños lo que podemos hacer...

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora