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MÚSICA
Dream Lover — Bobby Darin

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Capítulo 18
Hace unos años...

Margo caminaba por el parque de los enormes y a plena vista interminables terrenos de la Academia Lancaster. La muchacha se preguntaba si todo aquel lugar le pertenecía únicamente a Hal o si lo compartía con alguien más, porque una propiedad con aquellos extensos campos debían valer más que una simple fortuna.

Solo llegó a la conclusión de que Hal Lancaster era un millonario aburrido y que decidió un día crear la academia descubriendo que él no era el único diferente a los demás. ¿Cómo lo hizo? Margo no tenía idea, solo hacía suposiciones porque la verdad no la conocía todavía.

Era una linda tarde y no quería perdérsela antes de volver al entrenamiento que por cierto después de unos cuantos intentos, Margo y Deylen seguían en la misma habitación oscura y tanto ella como él se estaban cansando de no avanzar.

Margo había seguido el consejo de Deylen y mantenerse calmada, dejando la furia atrás. Pero la verdad es que no estaba funcionando y ella se sentía cada vez más inútil.

Estaba dirigiéndose al estanque, al árbol que ella con las demás incluida Xen se habían sentado y hablado durante la noche antes de que ella misma corriera a ver que era lo que Deylen hacía en el bosque. Le había gustado aquel lugar y todavía no lo conocía de día, por lo que la curiosidad la obligó a separarse del resto e ir a averiguarlo.

No fue hasta que estuvo lo bastante cerca como para notar que no estaría sola. Lo vio recostado contra una de las enromes raíces que salían desde lo más profundo de la tierra, con sus piernas estiradas y unos anteojos de sol cubriendo sus ojos.

Llevaba una remera corta a propósito que le llegaba por encima de su ombligo, un detalle que a Margo le llamó la atención, nunca había visto una remera tan corta. Tal vez podría empezar a usar eso.

—¿Andrew? —se aceró para ver que no estaba dormido.

El muchacho se giró a verla por encima de él y en cuanto descifró de quien se trataba, le sonrió.

—¡Margarita! —le sonrió con cariño mientras se sacaba los anteojos de sol, pero en cuanto sus irritados ojos rojos se encontraron con el brillo de aquella tarde, prefirió volver a lo anterior—. Uf... que mala idea... Ven, siéntate y goza de la brisa de la tarde...

Andrew se recostó contra el césped y las raíces mientras le hacía un espacio a Margo a su lado.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó Margo mientras se acomodaba cerca de él, tal vez Andrew era el único que de verdad le caía bien, porque a diferencia del resto parecía que su autenticidad no lo dejaba ocultar nada y lo volvía completamente transparente.

—Bueno... —suspiró cansado cerrando sus ojos lo cual Margo por lo transparente de sus lentes negros pudo ver—. Este lugar no es un secreto... nadie quiere alejarse mucho de la academia después de lo que pasó, así que es un lugar despoblado, libre de tarados...

Margo sonrió mientras veía el lago y algunos peses subir a la superficie.

—¿Qué pasó? —le preguntó ella entonces Andrew levantó un poco lo anteojos que llevaba para verla a sus ojos grises, Margo rodó los suyos—. Vamos, no me digas que es algo de lo que no se habla y bla bla bla...

Andrew sonrió.

—Por supuesto que es algo de lo que no se habla Margarita... pero —la miró con una divertida sonrisa—. Pero como tú me agradas voy a saltearme una regla, solo si me prometes algo, una simple cosita...

𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐈𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐂𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora