Capítulo 3

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Anastasia

- Solo quiero ver a la sultana Hurrem - le dije a la criada que estaba en la puerta y no quería dejarme pasar.

- No puedes, la sultana Hurrem no va a verte cada vez que quieres - su voz era sería.

- Por favor dile que la quiero ver - le pedí

- ¿Por qué hay tanta bulla? - la hija de la sultana Hurrem salió algo molesta, pero cuando me vio su mirada se tranquilizo un poco.

- Perdón sultana, ella ya se iba - se disculpo inmediatamente la criada.

- ¿Por qué estás aquí? - me preguntó

- Vine por qué quiero ver a la sultana Hurrem - dije sincera, ella me miró atentamente.

- No puedes venir aqui cada vez que quieras - ahora estaba sería, ella era igual de intimidante que su madre, era muy hermosa también.

- Lo siento sultana, pero necesito ver a la Sultana Hurrem por favor - le volví a pedir, ella suspiró y asintio.

- Puedes pasar, pero piensa bien lo que dirás, posiblemente sea la última vez que mi madre te quiera ver, recuerda que ayer prácticamente la rechazaste - la mire apenada, no era mi intención hacer eso yo solo quiero volver a casa con mis padre y mi hermana.

Entre junto con ella y la sultana Hurrem estaba ahí, estaba leyendo un libro.

- Entonces ¿Por había tanta bulla Mihrimah? - preguntó aún con la vista en el libro.

- Vinieron a verte madre - ella levanto la mirada y cuando me vio su mirada era sería.

- No recuerdo haberte llamado - dijo con voz sería.

Puedo jurar que todo mi cuerpo se estremeció cuando escuché su voz sería ¿Como podía mi cuerpo reaccionar así ante su voz? No sabía la respuesta, pero si sabía que era mejor no hacer enojar a la sultana Hurrem, todos dicen eso y sus enemigos anteriores son pruebas de ello.

- Lo se, pero necesitaba verla, quiero pedirle algo - aunque estaba nerviosa mis palabras fueron seguras y claras, ella sonrió con diversión.

- Me rechazaste ayer, pero hoy vienes a pedirme un favor - ella soltó una pequeña risa - no sé si pensar que eres muy valiente o muy tonta - aún estaba riéndose, cerró su libro, se acomodó en su asiento y me miró atentamente - ¿Que es lo que quieres?

- Quería preguntarle si podía ver al sultán mehmet - ella me miró confundida - usted dijo que él era el único que podría ayudarme, escuché que él es alguien bueno y amable quizás si me ayude, no pierdo nada intentandolo por favor sultana - le pedí y ella sonrió.

- Entiendo, pero hay algo más que quieres preguntar ¿No es así? - me miró curiosa.

¿Como lo sabía? Si quería preguntarle lo del chico con el que choque, pero yo nunca le mencioné ese encuentro a nadie.

"Dicen que es una bruja" las palabras de una de las concubinas se me vino a la mente. No, no podía pensar eso de la sultana, ella no me había hecho nada y quizas pueda ayudarme.

- Bueno es que ayer choque con alguien, me parecío alguien muy interesante y pensé que quizás usted podría decirme quién es, parecía alguien de mucho dinero.

- ¿Como era? - preguntó curiosa.

- Él tenía el cabello negro, sus facciones era muy hermosas y finas, sus ojos eran oscuros, pero hipnotizantes - suspiré enamorada sin darme cuenta, ella me miró divertida

- Puedes ir a ver al sultán - dijo aún con esa sonrisa, cambiando de tema.

¿No quería ayudarme con eso? ¿Porque? ¿Dije algo malo? No quería rendirme tan fácilmente.

- ¿No sabe quién es? - me atreví a preguntar, quería saber quién era ese chico y si la sultana Hurrem no sabía quién era posiblemente nadie lo sabrá.

- El sultán mehmet tiene esas respuestas aunque aquí hay muchas personas con esos rasgos  - respondió con voz divertida.

¿Por qué él sabía todo? Suspiré cansada, quizás ella no quería ayudarme.

- Gracias sultana - le agradecí con una reverencia.

- Mandaré a qué te lleven con él, pero quizás no te resiva tienes que ser consiente de eso - me advirtió.

- Entiendo sultana - le respondí.

Salí de sus apocentos y me dirigí de nuevo al harem, le preguntaría al sultán si conocía a ese hombre, quería saber quién era, lo necesitaba.

(...)

- Anastasia - la señorita afife me llamó

- Dígame - le respondí educada, ella era una buena persona.

- El sultán mehmet acepto verla, tenemos que prepararla - la mire extraño.

¿Prepararme? ¿Que quería decir? 

- No entiendo - le fui sincera

- No puedes ir a ver al sultán con esas vestimentas - me explicó.

Mire mi vestimenta, era decente, no era algo tan hermoso, pero para mí ese veía bien.

- Yo me siento bien con esto - ella negó con la cabeza.

- No se trata de ti Anastasia, estás llendo a ver al sultán, no puedes verlo con esas ropas - suspiré cansada.

No entendía por qué tanto escándalo, tan solo hablaría con él un poco, no haría nada más.

- Entiendo - respondí con voz aburrida.

- Sigueme, te ayudarán a alístarte - asenti la seguí.

(....)

No entendía por qué tantos problemas, el vestido era hermoso, no lo iba a negar, pero siento que es demasiado para mí, solo iría para hablar con él nada más.

- Cuando entres tienes que besar su túnica, no lo mires a los ojos si el no te lo pide y no hables antes que él - me explicó la señorita afife, asenti a sus palabras.

- Está bien, ya entendí, me lo dijiste unas cinco veces - le respondí con algo de diversión.

- Es para que se te quede en la cabeza y no lo olvides.

- Ya lo tengo en mi cabeza, no se me olvidara - le dije segura.

- Viene a ver al sultán - se dirigió a los agas de la puerta, ellos me estudiaron con la mirada y uno de ellos entro.

- Puede pasar - informó ese aga cuando salió de la habitación.

Entre a la habitación y sentí nervios, no entendía por qué, recordé las instrucciones.

Me acerque a él a paso lento, aún tenía la mirada baja, no lo había visto, cuando llegue hasta él dude en agacharme para besar su túnica, pero me decidí por hacerlo, si iba a pedirle que me regresé a mi hogar tenía que ser respetuosa quizás así él acepte regresarme a mi hogar, bese su túnica delicadamente, él cogió mi rostro y me levanto, cerré mis ojos con nerviosismo, pero cuando los abrí me quedé impresionado.

- Eres tú / Eres tú

Ambos murmuramos.

Un Amor Entre ÉpocasOù les histoires vivent. Découvrez maintenant