Capítulo 33

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Kosem

- ¿Regresaras con nosotras? - preguntó sorprendida la Sultana Hurrem.

- Si - aseguré

- Kosem, si estás haciendo esto por qué hay rumores sobre que mi hermano está muy cerca de una mujer del harem, puedes estar tranquila puedo encargarme de eso - aseguró Mihrimah.

- ¿Quien es ella? - pregunté

- Se llama Hadan, tiene un parecido a ti, pero solo en apariencia.

- ¿En apariencia? - pregunté confundida.

- Es castaña y también tiene los ojos verdes, pero es muy arrogante con todos menos con mi hermano, cree que puede engañarlo - dijo divertida - no tienes que preocuparte por eso.

- Extraño a mehmet - acepte y ellas sonrieron.

- Parece que este castigo también fue para ti - dijo divertida la Sultana Hurrem.

- Supongo que si - susurré.

- Bueno al menos puedes decirle que volviste por el regalo de Egipto - se burló Mihrimah - ese fue un muy buen regalo.

- Me gustó, pero me pareció exagerado, de todas maneras utilizaré eso como excusa.

- Entonces que preparen tu equipaje y el de mis nietos, hoy vuelves al palacio - dijo la Sultana Hurrem con una sonrisa.

(...)

Estaba nerviosa, estábamos por llegar al palacio, vería a mehmet después de tanto tiempo, mi corazón estaba latiendo muy fuerte.

- Tranquila - me dijo Mihrimah - todo estará bien.

Asentí, mehmet no sabría que yo vendría con ellas así que él solo está esperando a Mihrimah y la Sultana Hurrem, me pregunto cuál será su reacción.

- Ya llegamos - murmure nerviosa.

- Está bien, mi madre está en el otro carruaje junto con Ezgi y Beril, esma la ayudará con los niños, tú te quedaras aquí y yo bajaré con Azize - estiró sus brazos para que le diera a mi hijo y yo se lo di con cuidado - esperarás un rato para bajar, quiero molestar a mehmet un poco - me guiñó un ojo y bajo.

- ¿Estás nerviosa? - me preguntó Melek

- Lo estoy, regrese después de casi un año ¿Como no estaría nerviosa?

- Todo estará bien - aseguró y yo asenti.

- ¿Que kosem que? - escuché un grito desde fuera.

- Calmate - pidió Mihrimah.

- ¿Como quieres que me calme? Me estás diciendo que posiblemente no vuelva a ver a kosem y tú ¿Quieres que me calme? - preguntó molesto.

Puse mi dedos sobre mi cien, Mihrimah no podía estar sin molestar a mehmet.

- Por alá - murmure.

- Será mejor que bajemos o al sultan le dará un infarto - se burló Melek.

- Creo que tienes razón.

Melek salió primero y luego baje yo, cuando levanté la cabeza para ver a mehmet quería reírme, mehmet estaba sorprendido, tenía los ojos muy abiertos y la boca también, parecía no respirar por la impresión y eso me preocupaba.

- Bajaste muy rápido - se quejó Mihrimah.

- Es muy aburrido estar dentro - puse una excusa.

- Kosem - murmuró y corrió hacia mi para abrazarme con todas sus fuerzas.

- La vas a matar hermano - se burló Mihrimah.

Él me soltó un poco, pero aún me tenía abrazada, su cara estaba escondida en mi cuello y me estremecí cuando sentí algo húmedo ¿Estaba llorando?

- ¿Su majestad? - lo llamé confundida, pero él no respondió ni tampoco saco la cabeza de mi cuello, supongo que no quería que nadie lo viera.

- Te extrañe demasiado, no vuelvas a hacer eso por favor - dijo con voz cortada.

¿De verdad estaba llorando? Lo había visto arrodillado y también con los ojos húmedos, pero no llorando, me ponía nerviosa.

- Será mejor que regresemos al palacio - dijo la Sultana Hurrem.

- Pero yo quiero ver a mehmet llorar madre - murmuró, pero todos la escuchamos.

- Mihrimah - la regaño la sultana.

- Está bien como digas madre, me cuentas después kosem - dijo sonriendo y yo solo asenti.

- Esma vamos - le dijo.

- Melek ve con las Sultanas y ordena la cosa de él principe y las pequeñas sultanas por favor - le pedí, ella asintio, todas se fueron y me quedé a solas con mehmet.

- Ya se fueron - murmure.

Él sacó la cabeza de mi cuello, si estaba llorando, tenía los ojos rojos.

- Estás muy hermosa - dijo sonriendo aún con lágrimas en sus ojos, estaba comenzando a sentirme mal por hacerlo llorar.

- Gracias - murmure.

- ¿Como has estado? A pasado mucho tiempo, estoy feliz de que hayas decidido regresar - su voz era de emoción pura.

- ¿Enserio? Yo escuché que daba paseos con una concubina - dije sería, ahora que recordé eso ya no me arrepientia de nada.

- Se parece a ti y te extrañaba demasiado, pero no tuve nada con ella, no haría nada que hiciera que no volvieras - dijo seguro - Olvida eso, ya estás aquí y no haré nada para molestarte - sonrió.

- Mejor entremos - suspiré cansada.

- Lo que tú quieras - dijo con una hermosa sonrisa

Cuando pasamos por el harem todos se quedaron sorprendidos de que yo regresará.

- Si regresó - murmuró una.

- Claro que iba a regresar ¿Crees que la Sultana Kosem dejaría que otra mujer este con su majestad? - le respondió otra, eran susurros, pero yo los podía escuchar.

- Yo pensé que se quedaría más tiempo, quizás regreso por la mujer que esta últimamente con el sultán - otra criada se metió en la conversación.

- ¿Crees que ella puede sacar a la Sultana Kosem del corazón de su majestad? No digas tonterías, esa mujer no es nada comparada a la sultana - a esa criada si la conocía, era una de las que me servía cuando estaba aquí.

- Cuando termines de desempacar ¿Podemos salir al jardín? - preguntó cuando ya pasamos el harem.

No había necesidad de que él preguntara, mehmet podría simplemente ordenarme que vayamos, pero preguntó mi opinión y eso me gustaba.

- No - le respondí simplemente, quería ver que haría si yo me negara.

- Entiendo, si no quieres salir entonces iré a tus apocentos para conversar - me sonrió triste.

- Su majestad - lo llamé sería - no quiero hablar usted hoy, estoy cansada así que prefiero descansar.

Él hizo una mueca de tristeza, pero volvió a sonreir.

- Está bien, si eso quieres lo aceptaré mañana iré a verte entonces.

Sabía que no se rendiría así que mejor aceptaba de una vez.

- Si eso es lo que desea su majestad.

- Sabes que no hay necesidad de que me hables así kosem - dijo triste.

- Prefiero que sea así por el momento, ahora sí me disculpa tengo que desempacar.

Entre a mis apocentos sin esperar una respuesta de él, sabía que esto era cruel, pero él se lo merecía.



Un Amor Entre ÉpocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora