Capítulo 12

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Mehmet

Veia a Anastasia dormir, me encanta verla dormir, ver su rostro relajado y su pecho subir y bajar levemente por sus respiraciones lentas, esa vista era simplemente hermosa, ya había amanecido, pero yo había pasado todo lo que quedó de la noche mirando a Anastasia dormir, no se por que lo hacía, pero era una necesidad, necesitaba verla dormir.

- Anastasia - le susurré en su oido, tal y como lo hizo ella la última vez.

- No me molestes - murmuró y me dió la espalda.

Ella era increíble, podía jurar que Anastasia era la única que sería capaz de decirle al sultan que no la moleste, me gustaba que ella me tratara así, me sentía como alguien normal, con Anastasia podía ser yo mismo, no tienen idea de lo hermoso que se siente poder ser uno mismo, sin ningún tipo de preciones como ser el sultán, mi madre también me trataba como lo hacia Anastasia, Mihrimah tambien, pero ellas eran mi familia, Anastasia era distinta a ellas, tenia un lugar distinto en mi corazón por qué si, Anastasia había logrado llegar a mi corazón y siendo sincero, no creo que pueda salir de ahí.

- ¿No tienes hambre? - me pregunté en su oido de nuevo.

Creo que escuchar la palabra hambre la hizo despertar.

- Pide el desayuno - me ordeno, le sonreí.

- Eres la única mujer a parte de mi hermana y mi madre que me da órdenes tan a la ligera, aunque no me molesta. - le dije divertido.

- Ya lo sé, pero ¿Podrías pedir comida? En verdad tengo hambre mehmet - hizo un puchero, se veía tierna, bese es puchero y me levanté para pedir el desayuno.

Cuando di la vuelta para decirle que ya había pedido comida ella me tiró una almohada que logré esquivar.

- ¿Eso por qué fue? - le pregunté

- Se que posiblemente puedas mandarme a ejecutar después de decir esto, pero tengo que decirlo - ella respiro profundo y me lanzó otra almohada que volví a esquivar - eres como un animal mehmet, ni si quiera puedo sentarme bien ¿Como se supone que salga de tus apocentos? - comenzó a gritarme.

Si, ella estaba en lo cierto, con lo que acaba de decir podría mandar a ejecutarla, pero no lo haría por qué ella era Anastasia y no me atrevería a ordenar su ejecución.

- Fuiste tú la que me provocó - dije relajado, no mentía, ella fue la que causó todo eso.

¿Por qué tenía que chocar siempre con las personas? Eso no era normal y me molestaba por qué así fue la manera en la que yo la conocí, se supone que tiene que ser único, pero ahora ya no, por qué también choco con Selim, solo de recordarlo hace que mi sangre hierva.

- ¿Yo? Tú fuiste el que se puso como loco solo por qué choque con alguien por casualidad - se defendió.

- Entonces evita chocarte de casualidad con las personas - le respondí, ella se quiso levantar, pero cayo sentada de nuevo en la cama.

- Como si eso se pudiera hacer, agradece que no puedo pararme - ella hizo una mueca de dolor y me acerque a ella.

- ¿Te sientes muy mal? - le pregunté, pero ella no respondió solo agarro una almohada y me la tiro, está vez si me alcanzó.

¿De dónde sacaba tantas almohadas? Solo recordaba tener dos, ella soltó una hermosa carcajada al ver mi cara de desconcierto.

- Te vez muy chistoso - se burló

La tire en la cama y comencé a hacerle cosquillas.

- No, espera mehmet soy muy sensible con las cosqu.... - no puedo seguir su oración porque comenzó a soltar hermosas carcajadas, ese sonido era el más perfecto de todos - B-basta - me detuve por qué ella parecía de verdad querer que parará.

- ¿Estás bien? - ella no respondió, pero se avalanzo sobre mi y se sentó encima mío, intento hacerme cosquillas, pero yo no tenía eso.

- ¿Por qué no tienes cosquillas? Eso no es justo mehmet - se quejó - tú me hiciste cosquillas lo justo es que yo también lo haga.

- No es mi culpa - me defendí.

- Si lo es - se quejó dando un leve movimiento, la cogí por las caderas.

- Anastasia no hagas eso por qué no podrás lidear con las consecuencias - le advertí, ella sonrió seductora, no se desde cuándo aprendió esa sonrisa, pero me encantaba.

- ¿Quien dice que no puedo? - preguntó

- ¿Olvidas que te duele por lo de anoche? - le pregunté.

- Es cierto, pero eso es tu culpa

- No lo es, tú no parecias quejarte para nada - le recordé

- No tenía por qué hacerlo - se encogió de hombros - no es como si no me hubiera gustado, pero eso no justifica que no pueda ni si quiera pararme ¿Como volveré a mis apocentos? - preguntó.

- No necesitas volver, pasemos todo el día juntos aquí, solo los dos - le dije y ella sonrió.

- Esa idea me gusta mucho - dijo.

Se hecho en mi pecho y yo acaricie sus cabellos, era la primera vez que hacía algo así con alguien, ser tan cariñoso, yo era cariñoso con Nurbahar, pero no tanto como lo era con Anastasia, ella podía sacar está parte de mi.

Luego de unos minutos los agas trajeron el desayuno, desayunamos juntos de nuevo, está nueva rutina me encantaba, era la mejor de todas, con Anastasia me sentía tan bien, no dejaría esto por nada del mundo, Anastasia ahora era alguien demasiado importante para mí, quizás más de lo que quisiera, pero no importaba por qué sabía que ella me quería tanto como yo la quería, eso era suficiente para mí.

Un Amor Entre ÉpocasWhere stories live. Discover now