Capítulo 51

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Mehmet

Hoy sería la ejecución de la sultana hatice, sinceramente llegué a reconsiderar el ejecutarla, pensé que quizás podría simplemente expulsarla del palacio y prohibirle regresar, pero mientras ella siga viva intentará algo contra kosem, eso yo lo sé así que no queda otra opción más que está para proteger a kosem, incluso si la sultana hatice dijera que no dañaría a kosem y que se iría tranquilamente, yo sabría que es una mentira por qué al parecer su único objetivo en la vida es acabar con kosem y no puedo permitir eso.

- Su Majestad, la sultán hatice pide verlo - informó un guardia.

Lo pensé un momento ¿Por qué querría verme? Bueno eso ya no importaba por qué independientemente de lo que me diga, yo no cambiaré de opinión respecto a su ejecución así que verla no cambiará nada para mí.

- Traiganla - pedí.

Ellos salieron y poco después volvieron con ella, realmente había cambiado mucho ¿Que tanto puede cambiar el dinero a una persona? Esa mujer frente mío, no es la sultana hatice, la sultana hatice era una mujer elegante y aquella mujer era todo, menos elegante.

- Su Majestad - soltó con ironía.

- Sultana, si está aquí para decir que piense nuevamente sobre su ej...

- No para nada - sonrió - no vengo por eso, ya acepte mi muerte.

Su sonrisa no me gustaba ni un poco, pero ¿Que podría hacer una mujer como ella? Ya no tenía nada así que decidí mantener la calma.

- ¿Entonces? - pregunté.

- Voy a morir mehmet, bueno, en realidad mandaras a matarme - me miró directo a los ojos y sentí un pequeño escalofrío - pero no lo haré sola - sonrió - me llevaré a la culpable de esto conmigo, ambas nos haremos compañía en el infierno.

No tarde mucho en entender su palabras, mi sangre se congeló cuando ella dijo eso, mi corazón dejo de latir por unos segundos, los mismos que me costó procesar la información, ella podría estar mintiendo por qué no tenía ninguna forma de dañar a kosem, pero por alguna razón algo me decía que ella no mentía, decidí seguir mis instintos y salí rápidamente en busca de kosem.

- Muy tarde su majestad - la escuché gritar destras mío mientras reía, pero la ignore.

Ella no era importante en este momento.

- Kosem - grité mientras entraba a sus apocentos.

No mentía, kosem estaba tendida en el suelo y Melek paracia intentar hacerla reaccionar.

- Sultana - gritaba mientras la movía.

Me acerque rápidamente a ella y prácticamente empuje a Melek, pero en este momento no me importaba.

- Llama a una doctora - le grite mientras cargaba a kosem para ponerla en la cama.

Ella no respondió simplemente salió de la habitación para cumplir con mi orden.

¿Cómo había pasado esto? Se supone que la encerré para que no causará problemas, pero logro envenenar a kosem, alguien tuvo que ayudarla, pero ¿Quien? No había nadie más en este palacio que quiera hacerle daño a kosem, que yo sepa.

Una idea cruzó por mi mente, esa mujer, la que intento seducirme, no sabía su nombre, pero ella era la única libre, estúpido ¿Por qué no la encerré a ella también?

- Su Majestad - la doctora llegó a los apocentos.

- Revísala y salvala - ordené con voz sería, pero realmente quería llorar.

Salí de la habitación para darle espacio de revisar a kosem libremente, había Sido mi culpa indirectamente por qué si hubiera pensado bien las cosas ahora mismo kosem y nuestro hijo no estarían en peligro.

- Mehmet - Mihrimah y mi madre llegaron conmigo - ¿Que fue lo que pasó? - preguntó Mihrimah preocupada.

- Cometí un error - murmure

- ¿Que? - preguntó confundida y mi madre parecía igual o incluso más confundida.

- Esa mujer que mando la sultana hatice, no la encerré y ahora kosem está pagando las consecuencias - dije molesto conmigo mismo.

- ¿Cómo estás seguro de que fue ella? - preguntó.

La mire como si ella hubiera hecho la pregunta mas tonta del mundo, aunque si fue la pregunta mas tonta.

- ¿Quien más dañaría a kosem? Nadie más y la sultana hatice sabía de esto, su única aliada es esa mujer, no hagas preguntas estúpidas - le gruñi molesto.

- Solo hice una pregunta, normalmente esperarias a tener pruebas y no acusarias así a las personas - rodó los ojos, pero aún se veía preocupada.

- Cuando se trata de kosem, no voy a esperar a tener pruebas, esa sería darle otra oportunidad de lastimarla - dije molesto.

Comenzaba a molestarme con Mihrimah, se que aveces puedo ser muy suave en lo que hago, pero ella sabe perfectamente que kosem es mi debilidad y me molesta que piense que puedo mantener la cordura cuando molestan a kosem.

- Mehmet - mi madre me llamo - ¿Cómo está kosem? - preguntó tratando de cambiar el tema.

- Aún no lo sé madre, la doctora está con ella.

- ¿Que harás con la sultana hatice y cihan? - preguntó Mihrimah curiosa.

- ¿Cihan? - pregunté confundido.

- Así se llama la mujer que intento seducirte - se encogió de hombros.

- Ejecutarlas, sería demasiado fácil para ellas - murmure.

- ¿Eso significa? - preguntó.

- Significa que cuando kosem este bien, diré el castigo que tomaran aunque su destino no cambiará, no las dejaré vivir - dije seguro.

- Totalmente de acuerdo contigo - dijo sonriendo.

- ¿Los niños? - preguntó mi madre.

- Supongo que están con Melek ¿Podrías ir a fijarte? - pregunté.

Iría yo, pero quiero quedarme aquí para cuando la doctora salga.

- Me avisan lo que sucede con kosem - dijo mi madre mientras se iba.

- ¿Te quedarás aquí? - le pregunté a Mihrimah.

- ¿Quien hace preguntas estúpidas ahora? - preguntó divertida.

- N..

- Su majestad - la doctora salió de los apocentos.

Aunque me interrumpió, no me molestó por qué se trataba de kosem.

- ¿Cómo está? - pregunté de inmediato.

Su cara no era la mejor, pero tampoco era la peor, no sabía si ponerme a llorar o tranquilizarme.

Un sultán queriendo llorar, eso no era nada normal, pero me daba igual.

- La sultana kosem, está algo débil, al igual que el bebé, es recomendable que no se levanté de la cama durante 2 meses e incluso luego de eso mi recomendación es que no haga mucho esfuerzo en nada, en pocas palabras sultán, si quiere que su bebé y la sultana estén bien, es mejor que la tenga sin moverse.

Me tranquiliza que esté bien, pero no estaba seguro de si kosem querría mantenerse quieta.

- ¿Kosem quieta? Eso suena como algo imposible en este embarazo - murmuró Mihrimah.

Si, era algo imposible y no tenía dudas de eso, pero si tenía que amarrar a kosem para que no se mueva de la cama, lo haría por qué esto se trata de la vida de kosem y nuestro hijo, aunque quizás ella misma colabore por qué también involucra a nuestro bebé.

Un Amor Entre ÉpocasOnde histórias criam vida. Descubra agora