Capítulo 53

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Mehmet

Me habían dado la noticia de que la sultana hatice y esa mujer cihan habían fallecido después de 1 mes sin comer, ni beber agua, aunque también las golpeaban, no era que me sorprendiera mucho su muerte de todos modos y tampoco me arrepiento, kosem no puede levantarse de esa cama sin miedo a que pueda pasarle algo a nuestro bebé, odio ver eso y no poder hacer mucho al respecto.

Realmente me rompía el corazón ver a kosem llorar por qué ella sentía que no podía hacer nada, hace una semana intento salir a dar un paseo para tomar aire, la doctora había dicho que estaba bien mientras sea solo un rato así que yo fui con ella, pero al parecer aún no había sido suficiente reposo y se puso mal, no tengo ganas de recordar todo lo que pasó después de aquel "pequeño paseo", kosem se había sentido mal y se había culpado, después de eso no había querido moverse de la cama para nada, yo entendía su temor, pero no me gustaba para nada.

Supongo que aunque la sultana hatice no logro matar a kosem, si logro lastimarla más de lo que ella creía y a mí también por qué el sufrimiento de kosem es el mío.

- Viniste - kosem sonrió cuando me vio entrar a sus apocentos.

- Claro que vendría - sonreí.

- Bueno es que escuche que estabas muy ocupado últimamente.

- Nada es más importante que tú - dije mientras le daba un beso en la frente.

Ella sonrió enormemente mientras acariciaba su vientre que ya comenzaba a notarse.

- ¿Cómo va la sultana Mihrimah? - preguntó - dijo que vendría a verme, pero realmente no puedo esperar para saber qué tal le fue.

- Según tengo entendido le está yendo muy bien en su cita con Bali bey - sonreí.

Yo había estado atento a Mihrimah y Bali bey por qué a kosem parecía de verdad interesarle mucho esa relación, supongo que era su forma de distraerse ahora que no pueda salir de esta cama.

- Yo lo sabía, Bali bey es un buen hombre para Mihrimah - sonrió - ¿Deberíamos prepararnos para una boda? - preguntó divertida.

- Posiblemente si - sonreí, ella se puso triste de repente y creía saber por qué - no tienes de que preocuparte, si hay una boda, la haremos luego de que des a luz.

Ella dió una pequeña sonrisa.

- Espero que Mihrimah espere unos meses más.

- Lo hará, estoy segura que Mihrimah querrá que estes presente.

- Obviamente que voy a querer eso - Mihrimah entro a mis apocentos con una sonrisa enorme.

- Hermana - la saludé con una pequeña sonrisa.

- Mi querido hermano y mi hermosa cuñada, hoy es un buen día ¿No creen? - preguntó contenta.

- Ya lo creo - dijo kosem riendo.

- ¿Debo tomar eso como que te fue bien con Bali bey? - pregunté.

- Me fue excelente - dijo contenta, pero cuando se dió cuenta de lo que hizo tosió un poco - quiero decir, me fue normal.

- Claro - murmuro kosem divertida - entonces ¿Tengo que prepararme para una boda? - preguntó.

- Por supuest... - se detuvo - siempre haces esto kosem, te burlas de mí - se cruzó de brazos.

- No lo hago, solo quiero saber si vamos a tener una boda.

- Quizás - volteo la cara avergonzada.

- Bueno, entro diciendo que quiero que estés presente en su boda así que tomemos eso como que si abra una boda - dije divertido.

Mihrimah no dijo nada, solo siguió con la cara volteada, quien diría que la sultana Mihrimah podría avergonzarse por esto.

- Ya no la molestes mehmet - me pidió kosem.

- Ella siempre me molesta y yo no me quejo - me defendí.

- No lo hago - Mihrimah dijo de inmediato.

- Lo haces.

- Buenos aveces - acepto - iré a ver a mi madre y luego traeremos a mis sobrinos para que los veas - Mihrimah le sonrio a kosem.

- Claro, no veo a mis bebés desde esta mañana - dijo emocionada.

- Te dejo con mi hermano - salió de los apocentos.

- No deberías molestar así a Mihrimah - me regaño kosem.

- No es para tanto - dije desinteresadamente mientras me acercaba a ella para echarme a su lado.

- Quizás tengas razón - dijo mientras se acomodaba en mi pecho.

- Ten cuidado - le pedí algo asustado cuando ví que hizo un movimiento algo brusco.

- Estamos bien  - dijo suavemente.

Sonreí y llegué una de mis manos a la parte baja de su espalda para darle unas caricias.

- No hagas eso, me da sueño y quiero estar despierta para cuando vengas mis bebés - dijo soñolienta.

- Te levantaré cuando vengan, descansa un rato.

- Pero me levantas.

La última vez también dije lo mismo, pero no tuve el valor de levantarla, ella se veía muy hermosa mientras dormía.

- Lo haré, lo prometo - le di un beso en la frente.

- Está bien - murmuro - mehmet - me llamo con voz muy baja - gracias por conversar conmigo - no respondí nada por qué no entendia a qué se refería - se que siempre averiguas cosas sobre Mihrimah y Bali bey por qué sabes que eso me mantiene distraída mientras estoy en esta cama, gracias - volvió a decir.

Me sentía avergonzado, se suponía que eso era un secreto.

- No tienes por qué agradecerme - dije aún avergonzado, esperaba que ella no lo notara.

- ¿Estás avergonzado? - preguntó algo divertida, supongo que sí noto mi voz avergonzada, sus ojos ya estaban cerrados, supongo que intenta dormir.

- No lo estoy - dije suevamente sin dejar de dar caricias en su espalda baja.

Ella no respondió, la mire y me di cuenta que por fin se había dormida, ahora no me sentía capaz de levantarla para cuando vengan los niños.

Bueno, no es muy necesario levantarla, puede ver a los niños después de levantarse ¿Verdad?



Un Amor Entre ÉpocasWhere stories live. Discover now