Capítulo 6

11K 891 143
                                    

Mehmet

Estaba pasando por el harem cuando ví a esa chica, Anastasia, estaba peleando con una concubina, pero de un momento a otro comenzaron a golpearse iba a intervenir, pero la señorita afife llegó antes que yo.

- Traiganla a mis apocentos - le dije al aga que estaba a mi lado.

- La señorita afife la llevara con la madre sultana - me informó, asenti.

- La quiero en mis apocentos lo más pronto posible - el asintio y se fue, me dirigí a mis apocentos para esperarla.

(...)

Ella estaba parada frente a mi, era muy hermosa incluso con sus ropas desordenadas y que su cabello castaño alborotado, se veía tierna.

- Su majestad - saludo con una reverencia

- Anastasia - murmuré su nombre, me acerque a ella y mire su rostro, inconscientemente mi mano fue hacia su labio en dónde tenía una pequeña herida, la rose con el pulgar,  ella hizo una mueca de dolor y saque mi dedo inmediatamente - ¿Te duele mucho? - Le pregunté.

- Solo un poco si lo toca, pero estoy bien - sonrió levemente, su sonrisa también era muy bonita

- Entiendo, ven voy a curarte - ella dió una sonrisa divertida.

- ¿También es médico? - preguntó con su tono divertido, me gustaba esa confianza que tenía por qué las personas suelen ser muy rectas cuando están conmigo y ella es relajada, pero no irrespetuosa.

- No, pero cuando me lastimaba en los entrenamientos veía como me curaban - ella asintio y la guíe hasta la cama, la senté y yo fui por lo que utilizaría.

- Eso duele - se quejó cuando estaba empezando a curarla.

- Solo será un rato - le respondí - escuché que te llevas bien con mi madre - dije mientras curaba su herida.

- La madre sultana Hurrem es alguien amable - la mire extraño.

Todas las personas hablaban de mi madre, pero nadie sabía que era amable, yo sabía eso, mi madre había dicho que no debería prestar atención a lo que dicen las personas de ella, pero a mí siempre me molestó que hablarán así de ella, mi madre prefería que no me metiera en problemas por eso jamás utilice mi puesto como príncipe para defenderla, gracias a ella fue que yo pude ser el favorito de mi padre y ahora soy el sultán.

- Eso no dicen los rumores - ella rió con algo de dificultad.

- También escuché esos rumores, pero no me dejó llevar por ellos - sonreí por lo que ella dijo.

Incluso Nurbahar se dejó llevar por esos rumores, pero Anastasia no.

- Duele - hizo nuevamente un gesto de dolor, sus gestos eran muy hermosos.

- Ya casi acabo - ella no respondió

- ¿Ya acabaste? - preguntó luego de unos minutos.

- Si ya acabe - le respondí con una sonrisa.

- Gracias - su voz era muy suave

- No fue nada

- Pensé que estaria molesto conmigo por causar problemas - me gustaba que siempre digiera lo que pensaba.

- No lo estoy, ví que fue lo que pasó - le conté

Ella iba a hablar cuando un aga entro en la habitación.

- Su majestad, la señorita Nurbahar está afuera quiere verlo - dijo cuando entró.

Suspiré algo molesto, quería conversar un poco más con Anastasia las conversaciones con ella eran muy entretenidas, mire hacia Anastasia, ella tenía una expresión algo triste.

- ¿Estás bien? - pregunté con una ligera preocupacion.

- Si, no se preocupe, con su permiso me retiro - ella hizo una reverencia y se fue demasiado rápido, ni si quiera pude decirle nada, el tono que uso cuando salió no me gustó para nada, fue un tono algo distante, por alguna razón no me gustaba que ella actuará de manera distante conmigo.

- Déjala pasar - dije algo molesto aún, el asintio.

- Mi sultán - Nurbahar entro a mis apocentos y corrió a abrazarme - lo extrañe mucho - dijo con sus manos alrededor de mi torso.

- ¿Te sientes bien? - le pregunté, quizás vino por qué se sentía mal.

- Si, pero lo extrañaba por eso vine a verlo - se separó de mi.

Mire hacia su vientre, tenía una leve hinchazón por su embarazo, pero aún no era de un tamaño demasiado notable, respire para calmar un poco mi molestia, ni si quiera entendía por qué estaba molesto.

- Entiendo - murmuré más relajado.

- ¿Quien era esa mujer? - preguntó mirándome curiosa, se refería a Anastasia.

- Se llama Anastasia - le respondí mientras me dirigía a mi asiento y ella me siguió.

- ¿Por qué estaba aquí? - preguntó, pero no le respondí - su majestad se que el harem es algo normal, pero yo no quiero verlo con otras mujeres - suspiré cansado.

- Solo estábamos hablando - le dije y ella pareció calmarse.

- Me alegra saber que aún me quiere - dijo con una sonrisa.

Eso era cierto, ella estaba embarazada de mi hijo, era alguien importante para mí, pero comenzaba a llamarme la atención Anastasia, ella parecía tan distinta, aunque soy el sultán se comporta relajadamente conmigo, era hermosa, incluso sin arreglar su vestimenta podría fácilmente superar la belleza de Nurbahar, su porte era elegante, me sumergí tanto en Anastasia que olvide que Nurbahar estaba conmigo.

- Su majestad - cuando dijo eso fue que recordé que ella estaba aquí.

- Dime - le respondí

- ¿Por qué no vamos a dar un paseo? - me preguntó con una sonrisa.

Lo pensé un momento, no tenia nada más que hacer por hoy y quería relajarme un poco, no era una mala idea ir al jardín.

- Está bien - dije mientras me paraba de mi asiento, ella sonrió emocionada.

Cuando salimos al jardín pude ver a Anastasia en el harem, estaba riendo junto con otras criadas, su risa era hermosa y contagiosa, toda ella era hermosa, comenzaba a creer que ella estaba gustandome y llamando mi atención más de lo normal.

¿Que me has hecho Anastasia?

Un Amor Entre ÉpocasWhere stories live. Discover now