Capítulo 25. Feliz navidad.

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POV Amelia Ledesma Gómez

Vacía.

Si me pudiera definir en este momento, la única palabra que encaja es esa. Porque es así como me sentía. Vacía, completamente.

Es como si algo dentro de mí hubiera muerto con el bebé que estaba en mi vientre, bueno, en realidad algo murió. Una parte de mí, otra vez. Pero está vez lo quería más que antes, era la oportunidad perfecta que necesitaba para tener a mi Luisita de vuelta, por completo.

Desafortunadamente no pude hacer eso.

No con un hijo.

No puedo darle un hijo. ¿Qué tan mierda es eso?

Es mi sueño y aunque ella no lo recuerda, es su sueño también. Planificamos esto desde antes de casarnos. Era su sueño verme embarazada.

- Te veras hermosa con una barriga - dijo ella y me acaricio mi estómago sin protuberancia - Te mimaría mucho. Vas a ser la embarazada más bella del mundo.

Siento ganas de llorar al recordar ese día. Fue hace unos ocho años, la semana en que decidimos tener un hijo.

Dar a luz a mi pequeño fue mi decisión, tanto porque quería ser madre y ella quería verme embarazada, y por la carrera que Luisita estaba siguiendo. Ella estaba comenzando a ganar fama, no quería atraparla con un embarazo. No podía ser egoísta con ella, al final, ella me dio tanto apoyo para seguir mi sueño.

Y yo quería darle un hijo a ella. ¡Carajos! Como lo quería. Sus ojos siempre brillaban cuando hablaba de verme embarazada de nuestro hijo. Luisita estaba emocionada, muy emocionada. Pero, por desgracia no funcionó, perdí a nuestro hijo tres semanas después de enterarme que estaba embarazada. Fue uno de los peores días de mi vida.

Recuerdo que Luisita lloraba tanto al punto de perder el aire y asfixiarse con sus sollozos cuando llegamos a casa. Apenas tenía reacción los primeros días. Después empecé a entrar en algún tipo de depresión profunda y empecé a llorar todos los días. Lo peor de todo, más allá de mi dolor, era ver a las personas a mi alrededor sufriendo por mi culpa.

Todos me miraban con dolor en los ojos cuando veían que me hundía cada vez más. Especialmente ella. Luisita terminó acabada, pero no salió de mi lado en ningún momento. Siempre estaba allí, en su regazo cada noche y secándome las lágrimas.

Ella es, y siempre será mi refugio. Mi cordura es ella quien la mantiene.

Meses después me recuperé, decidí intentarlo de nuevo, por desgracia la inseminación no funciono. Entonces, un mes después, Luisita decidió abandonar su carrera para darme un hijo. Juro que intente impedirlo, de todas las formas. Dije que podríamos adoptar un niño, aunque demorara pero ella estaba decidida. Yo quería un hijo, quería que me diera un hijo.

Fue la mayor prueba de amor que me dio. Después de todo, ella abandono su sueño para realizar el mío. ¿Qué tan maravilloso es eso?

Mime a Luisita de todas las formas posibles, ella se merecía lo mejor, merece y siempre va a merecer lo mejor, independientemente de todo. No puedo explicar la inmensidad de amor que siento por ella, es algo mayor que yo, más grande que cualquier otra cosa. Verla embarazada de nuestro hijo, fue la mayor felicidad de mi vida. Realice todos sus deseos con una sonrisa en el rostro, incluso cuando me despertaba en la madrugada queriendo chocolate para comer o helado.

Ella era aún más hermosa con el vientre de embarazada. Recuerdo que me desperté una mañana y la estaba mirando, su barriga redonda, donde estaba nuestro pequeño hijo. Estuve horas admirándola, era una boba, pero le gustaba.

Stupid WifeWhere stories live. Discover now