Capítulo 29 - En mi lugar.

6.1K 288 304
                                    

Respiro profundo cuando despierto, un pequeño gemido ahogado se escapa de mí cuando estiro mi espalda. Abro los ojos y parpadeo algunas veces, luego me doy cuenta que el otro lado del colchón está vacío. Giro la cabeza y sólo entonces noto como estoy acostada: entre las piernas de Amelia, mi cabeza en su vientre.

Sólo consigo ver la punta de su nariz y la barbilla, ella parece dormir profundamente. Sonrío, recordando la noche que tuvimos. No puedo decir con certeza en qué momento ella me beso de esa manera que me hace suspirar, sé que prácticamente pasamos toda la noche teniendo sexo.

Fue una de las mejores noches hasta ahora, vale resaltar.

Cierro los ojos para recordar las sonrisas que me dio. La forma cariñosa con la que me toco, la manera de susurrar mi nombre. Soy capaz de sentirla dentro de mí todavía, llevándome a la locura. Sus dedos habilidosos, girando de aquella forma que me dejaba a punto de desfallecer en sus brazos. Su respiración alterada en mi oído mientras se frotaba en mi muslo.

¡Joder!

Amelia es increíble, básicamente en todos los aspectos, principalmente en cualquier cosa relacionada con el sexo.

Y ahora estoy aquí, tumbada en una posición no muy cómoda, mis pies están fuera del colchón, así como la mitad de mi pierna. Pero no me importa. ¿Y por qué? Es tan bueno sentir el calor de su cuerpo, y admirarla dormir es una de mis cosas favoritas.

Amelia se mueve un poco, parece comenzar a despertar poco a poco. Luego sus ojos están enfocados en mi rostro.

- Buen día, amor.

Amelia sonríe soñolienta. Se levanta un poco, mirándome a los ojos. ¿Cómo consigue ser tan linda en cualquier momento? Hasta cuando despierta es bonita.

Su rostro está un poco marcado, por un lado por la funda de la almohada bordada, sus ojos un poco hinchados como sus labios. Suspiro, ella es la personificación de la belleza.

- Que sexy eres por la mañana - coloca una mano en mi rostro, acariciando mi mejilla con su pulgar - Buenos días, cariño.

Amelia bosteza, su voz ronca haciendo que mi respiración falle un poco. ¡Maldita sea! Ella es tan sexy cuando me habla con esa voz. Amelia sonríe más, parece saber exactamente lo que me causó. Por supuesto que ella sabe, ella siempre sabe.

- Listilla.

- Sé lo que mi voz ronca causa en ti - pongo los ojos, Amelia suelta una risita nasal. Demasiado egocéntrica - ¿Crees que nunca note en la escuela como me mirabas cuando hablaba de esa forma?

- Nunca te mire de alguna manera - refunfuño, desviando la mirada.

Amelia ahoga una risa. Estoy mintiendo, obviamente. La voz de Amelia siempre fue encantadora, tan solo imaginen cuando esta ronca... ella hablando de esa forma... era como el infierno.

No puedo negarlo, siempre la encontré sexy, principalmente en las clases de educación física. Mi clase casi siempre jugaba algún tipo de deporte contra la clase de Amelia. Ella siempre llevaba shorts cortos, sólo para provocar a todo el mundo. Como ya he dicho, ella sabe lo que provoca en las personas y lo hace a propósito, sólo por diversión de verlos suspirando por su culpa.

Y yo nunca fui de hierro, miraba sus piernas, principalmente sus muslos y no necesito hablar de su culo, que por cierto, siempre fue duro y levantado. Aunque nunca lo admití siempre me pareció caliente. Pero ya es demasiado de oír eso de mí, no quiero inflar más su ego.

- ¿Podemos quedarnos aquí tumbadas todo el día? - cambio de tema.

- Lo que quieras, Luna - escondo el rostro en su abdomen, ronroneando al sentirla acariciando mi cuero cabelludo con sus uñas cortas - Pero, ¿será que puedes subir aquí y darme un beso de buenos días?

Stupid WifeWhere stories live. Discover now