Capítulo 33. Esta es mi realidad.

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Fue como caer de un edificio y despertar antes de golpear el suelo.

Sin aliento.

Una gruesa capa de sudor cubre todo mi cuerpo. Siento mis ropas pegadas a mi piel. Trato de enfocar mi vista en algo, pero todo parece turbio. Un golpe en mis hombros y luego mi cuerpo es echado hacia atrás y luego hacia adelante.

¿Qué es eso? ¿Por qué todo parece fuera de lugar?

- ¡Luisita! - oigo mi nombre ser llamado a lo lejos, trato de abrir los ojos o moverme, pero es como tratar de soltarse de una telaraña - ¡Luisita!

Esta vez la voz de la persona suena más grave y gracias a la fuerza en mi cuerpo, abro los ojos. Confundida, aturdida. Con miedo de lo que acaba de ocurrir. Mi respiración está irregular, parpadeo un par de veces cuando la luz dentro de la habitación molesta mis ojos.

Entonces la veo, sus ojos desbordan preocupación y temor.

- Por el amor de Dios habla conmigo - dos manos se apoderan de mi cara. Todavía estoy confundida, mirando hacia ella, sus ojos brillan con miedo. Sé que ella está preocupada, pero mi voz parece haberse ido - Luisita, cariño.

- ¿Amelia?

- Estoy aquí, cariño. Estoy contigo - ella besa mi frente.

Sólo entonces me doy cuenta que todo sólo fue una pesadilla inquietante.

Me siento quebrar poco a poco y sin pensarlo dos veces me arrojo sobre ella. Mi corazón parece comprimido dentro de mi pecho. Amelia me envuelve en sus brazos, apretándome contra su cuerpo. El aroma que ella emana sirve como una especie de calmante.

¡Ella está aquí! Todo es real.

- Fue sólo una pesadilla, Luna. Todo está bien ahora... Estoy aquí contigo, estoy aquí - repite una y otra vez que todo está bien y ella está conmigo.

Es todo lo que necesito para calmarme, pero no lo consigo. Fue todo tan real, me vi más joven, sentí todo lo que paso. Fue aterrador pensar que mi familia no era real y que todo lo que viví los últimos meses no pasaron de una maldita ilusión. No recuerdo haber estado tan asustada como lo estoy ahora.

Me agarro a Amelia como si quisiera fundirnos. La aprieto contra mí con tanta fuera, sin importarme si la estoy dañando. Tengo que sentirla, necesito saber que esto es real. No aquella pesadilla porque una vida sin Amelia y Louis sería una pesadilla para mí.

Los necesito, la necesito. Necesito esta vida que aprendí a llevar y amar.

Mi cuerpo se sacude violentamente, busco el aire desesperada. Amelia sigue tratando de calmarme, sé que ella está temblando. Tal vez tiene miedo o simplemente está muy preocupada. Sus dedos que acarician mis cabellos están fríos y temblando. Alejo un poco la cabeza para mirarla a su rostro. Sus ojos brillan de una manera preocupada, pero ella está sonriendo.

Mi sonrisa favorita en todo el mundo.

La sonrisa de la persona de la que estoy completamente enamorada.

- ¿Te estás sintiendo me-

No dejo que termine de hablar y la beso. Me vuelvo un poco de lado para encajar mejor nuestros labios. Amelia se ve sorprendida, pero me tira un poco y abre la boca para profundizar el beso. Sonrío antes de morder su labio inferior y succionar. Sus dedos agarran mi cabello y es ella quien intensifica el contacto entre nuestras bocas.

Es real, no puedo vivir sin ella.

//

No solté a Amelia ni un segundo. Nos duchamos juntas, con muchas caricias. Hicimos el desayuno juntas. Es decir, ella lo hizo, yo sólo estuve agarrada a su cintura con la cabeza recargada en su hombro. Llevamos a nuestro hijo a la escuela, a él le encanto. No paro de hablar con sus compañeros de clase de que sus madres lo habían llevado a la escuela.

Stupid WifeWhere stories live. Discover now