Capítulo 30 - Una oportunidad.

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Antes adoraba despertar sola en la cama, poder rodar de un lado a otro libremente sin ningún impedimento mientras tomaba coraje para levantarme. Pero hoy tengo que decir, odio despertarme sola. Creo que me acostumbre a Amelia pegada a mí cada mañana. Y no puedo decir con certeza la razón o por qué el milagro que se levanto antes que yo.

En el cuarto de baño no estaba, pero estaba claro que estuvo allí. Las bragas colgando en la ducha lo comprueba. Como siempre.

He hablado con ella sobre eso, ¿pero me escucha? No.

Cuando digo que puede ser peor que Louis de terca, no estoy bromeando. Debido a que lo es. De hecho nuestro hijo siempre es obediente, a diferencia de ella. Eso debería ser un ejemplo para él, pero poco a poco voy a colocar a esa mujer en línea. Que me espere.

Después de un ducha, me visto con sólo unos pantalones de chándal y agarro una de las blusas de mi esposa. Adoro usar sus ropas. Son tan fragantes y son más grandes que yo, amo vestir ropas más grandes que yo. Además, Amelia dice que me veo adorable y sexy con su ropa.

Tal vez me gusta complacerla.

Llego a la cocina y me paralizo en la puerta al ver la escena en la mesa. Una sonrisa aparece lentamente en mis labios al ver a Amelia y Louis lado a lado, leyendo el periódico mientras comen cereal. Los dos parecen concentrados, principalmente Amelia.

- Este nuevo tipo que hace el cómic es un maestro del chiste - Amelia comenta entre risas, toma una cucharada grande de cereal con leche y lo empuja en su boca.

Cruzo los brazos, ni siquiera han notado mi presencia. Veo dos niños, no una madre y un hijo.

- Mamá, ¿qué significa esa palabra de aquí? - Louis le muestra el periódico a Amelia, ella sostiene la hoja y lee con atención lo que está escrito.

- Pechos - dice naturalmente y ríe, pero luego parece darse cuenta y mira asustada a nuestro hijo - Son, es... Un día lo descubrirás.

- Siempre dices eso - murmura indignado con un enorme puchero en sus labios. Qué lindo.

- Eres demasiado joven para saber ciertas cosas.

- ¿Soy muy joven para saber de dónde vienen los bebés también?

Amelia se ahoga con el cereal en su boca y comienza a toser. No soporto y termino riendo de su reacción. Sólo entonces los dos notan mi presencia y me miran. Louis sonríe y Amelia parece que va a morir de tanto toser.

- Mira, tu madre se despertó. ¿Qué tal si le preguntas de donde vienen los bebés? - Amelia dice al recuperarse y está vez quien casi se ahoga soy yo.

Ella me mira despreocupada mientras se limpia la boca con el dorso de la mano. La fusilo con la mirada, maldita idiota. Lo hizo a propósito.

- ¿De dónde vienen los bebés, mami?

Suspiro y me acerco a ellos, tomo una silla y me siento frente a mi niño curioso. Amelia tiene una sonrisa brillante en sus labios. Muy bien, Ledesma. Está te la voy a devolver.

- Hay dos maneras de tener un bebé - inicio sin estar segura de la forma en que debo decirlo - El método fácil es entre un hombre y una mujer. Por lo general cuando una pareja se quiere mucho, ellos deciden enamorarse de una manera... bueno... íntima - Amelia contiene una risa y baja la cabeza - Ellos hacen una cosa sin ropa.

- Madre mía Luisita - Amelia dice y empieza a reírse. Mis fosas nasales se inflan, siento ganas de saltar al cuello de esa idiota - Eres pésima para hablar de sexo con un niño.

- Y-Yo...

- Mami - Louis suelta el periódico y mira a Amelia, los dos se miran divertidos. ¿Qué está sucediendo aquí? - La tía Marina ya me dijo cómo se hacen los bebés.

Stupid WifeWhere stories live. Discover now