Capítulo 16

162 22 7
                                    


Con la cabeza a mil, los pasos apresurados y el pelo... Bueno, despeinado como de costumbre, tampoco hay que especificar en esto. Así es como llego a la cafetería en donde Julienne ya me estaba esperando, mientras le daba vueltas a su café para remover el azúcar.

—Perdón por la tardanza, me entretuve hablando con mi padre, tiene la lengua tan larga como yo.

Ay, no.

No, no, no.

No iba con doble sentido.

Sus comisuras se alzan y me sonríe con picardía, dándome a entender que ella si lo había entendido mal, había optado por ese doble sentido que yo ni de cuenta me había dado al pronunciar las palabras.

—¿Cómo de larga, Demian?

—Me refería oralmente...

—Si, si, yo también, oralmente —se muerde el labio inferior para contener la risa.

Vaya.

Había vuelto a cagarla al hablar, como de costumbre, otro doble sentido.

—¡A la hora de hablar!

Rompe a reír, haciendo que mis mejillas se sonrojen por la vergüenza. No solía ser un chico vergonzoso, pero sin duda alguna, Julienne era capaz de sacar cualquier estado de mi ser que ni yo sabía que podría ser capaz de hacerlo.

—Menos mal que lo aclaraste eh, porque ya te estaba imaginando haciendo un cunnilingus y me estaba mojando, no te voy a mentir. Sería de lo más excitante del mundo, el color verde profundo de tus ojos, oscurecido por la excitación y mirando desde tal ángulo... ¡Ah! Jodidamente caliente de solo imaginárselo.

Hasta yo me lo estaba imaginando y si, efectivamente también me estaba calentando. Ahora se me hace la boca agua, ya me gustaría a mi poder pasar mi lengua por su vulva...

—Nunca hice uno —admito—. Soy tiquismiquis con lo que me como, no cualquier cosa llega a mi boca.

—¿Nunca has probado un coño? Joder, Demian, no puedes ir de chico que destroza camas y después venir con frases tan inocentes como esa, me has dado ternura.

Me encojo de hombros. No soy de la clase de chicos que presume de algo que no hace solo para quedar bien. Si nunca había hecho un cunnilingus, no lo había hecho, y punto. No tenía que darle más vueltas al asunto ni rebatir más en ese tema.

—¿Te gustaría hacerlo?

—¿Eh? —la miro confuso, sin saber muy bien de que me estaba hablando.

—Comer un coño, Demian, ¿te gustaría?

Parpadeo. ¿A que venía esa pregunta a esta hora y en este sitio?

Ella me miraba esperando una respuesta, como si en el fondo ella ya la supiera pero igualmente prefería esperar a que yo se lo dijese.

—Depende.

Depende, si es el tuyo si.

—Perdón, déjame especificar... —aclara su garganta y sonríe con malicia—. ¿Te gustaría comerme el coño?

Mierda, si.

Jodidamente si.

Si, si, si.

—Ya sé que dije que esperaría a que tuvieras dieciocho, pero no voy a tener cargo de consciencia si realmente quieres hacerlo.

—¿Sabes lo que más detesto de todo esto? —gruño al darme cuenta—. Me veis como un niño, un niño al que cuidar, al que mimar... Yo no soy un niño, Julienne, no lo soy.

—¿Crees que te ofrecería comerme el coño si te viera como un niño? —ríe por lo bajo mientras niega con la cabeza—. Si, eres adorable y me causas ternura, pero no por eso tengo que verte como un niño... Pero bien, demuéstrame que no lo eres, hazme saber que ya eres un adulto.

Ya veía por donde iba esto y me estaba gustando.

—Ve al baño, pelirrosa y espérame allí con las piernas abiertas, me apetece comerte el coño.

—Como usted diga, señor tiquismiquis —me guiña un ojo y se levanta para encaminarse a los baños.

No me puedo creer que esto vaya a suceder de verdad... Iba a comerle el coño a Julienne en los baños de una cafetería, que poco romántico, ya estaba tirando por lo cutre y no me gustaba, con esto solo restaba puntos.

Me levanté poco después, no haría esperar a la chica, y fui directo al baño de las mujeres.

—¿Julienne?

Una de las puertas de abrió para dejarme entrar en el pequeño cubículo. Ella estaba sentada en el retrete, sin pantalón y con las piernas abiertas, con sus dedos índice y corazón jugueteando alrededor de su clítoris.

—¿Demian? —me mira con una sonrisa vacilante—. ¿Ya te estás arrepintiendo?

—Cállate —sacudo ligeramente mi cabeza para salir del estado de embobamiento en el que estaba. Me dejo caer de rodillas sin preocuparme lo más mínimo por mi pantalón, mis manos van directas a sus muslos para tirar de su cuerpo y acercarla a mi. Ella detiene su movimiento para dejarme a mi el completo control, o eso creía yo.

—Sin miedo, Demian, que no se note que eres un principiante.

Como si fuera tan fácil eso...

Mis manos le acarician la piel de sus muslos y mi rostro se acerca peligrosamente a su centro húmedo, paso mi lengua por este, escuchándola suspirar. Alzo la mirada y ella me observa, mientras que su labio inferior está siendo apresado por sus dientes.

Vamos, Demian, solo es Julienne...

Mis labios se cierran alrededor de su clítoris y beso este como si se tratara de su boca, incluso empleo mi lengua en dicha acción. Eso parece gustarle porque jadea y lleva su mano directa a mi pelo, tirando de este como le da la gana. Me habría quejado, pero joder, si tenía la mirada de que estaba hambrienta y que si me detenía estaba perdido. Me dio seguridad para continuar con dicha tarea.

—Eso es, tiquismiquis —gimoteó, balanceando sus caderas y guiando mis movimientos, me estaba follando la boca a su jodido antojo y yo más que satisfecho de ello.

Su sabor. Jesús bendito, su sabor. Su excitación era la cosa más dulce que había saboreado mi paladar en estos casi dieciocho años.

Mis dedos se apretaron en su piel al tiempo que ella empujó mi cabeza a su cuerpo, creo que ambos gemimos al unísono, pero mis sonidos fueron ahogados contra ella.

—Demian, Demian...

Mis labios mojados, ella palpitando contra estos mientras sus fluidos escurrían por sus labios vaginales. Me tomé el atrevimiento de pasar mi lengua por estes y recoger hasta la última gota de su esencia mientras la miraba a los ojos, tal como ella quería.

—Eres tiquismiquis con lo que comes, no cualquier cosa llega a tu boca... ¿Qué me dices de lo que te acabas de comer?

—Maldición, ha estado de infarto —admito, queriendo volver a enterrar mi rostro entre sus piernas—. Te vas a volver mi comida favorita.

Besos Cuestionados Where stories live. Discover now