Capítulo 19

144 19 7
                                    


Papá entiende que es una conversación privada y es rápido en retirarse. Yo siento nervios, mentiría si dijera lo contrario, sabía que no podía significar nada bueno que Ivanna estuviera allí y por mi mente ya se cruzaba la idea de la razón por la que estaba.

—Años —escupe—, años ocultándola de toda esta mierda porque por muy dura que se haga, no soporta la fama, para que ahora venga un niñato de diecisiete años a tomarla de la mano para presumirla frente a los medios como si fuera su maldito trofeo.

Ay, no.

Por favor, no.

Voy a poner carita triste si sigue hablándome así de la pelirrosa para hacerme sentir culpable.

—Ivanna, te prometo que las cosas no son tal como las estás contando, ¿vale? Yo no sabía que Julienne no se llevaba bien con la fama, yo solo... Diablos, yo solo la tomé de la mano para no perderla en la multitud de periodistas y para mostrarle confianza. No quiero robarte a tu novia, no quiero ocupar tu lugar, no quiero ser todas esas cosas que estás pensando de mi.

Ella me mira a los ojos, confiando en estes más que en mis propias palabras, y después deja escapar un suspiro. No tenía ganas de volver a discutir, quería tener la fiesta en paz.

—Mira, Demian... —su tono de voz vuelve a ser suave—. Tú y yo sabemos cómo va este mundo, tanto a tu familia como a la mía les ha tocado vivir algún que otro momento incómodo frente a los medios, pero las nuevas generaciones podemos hacer las cosas bien, necesitamos la actitud. Es difícil pedirte esto porque eres un niño, pero si realmente quieres que la gente te tome en serio y te traten como a un hombre, compórtate como uno. A mi me gustas, de verdad que me gustas, veo en ti mucho potencial y ten por seguro que a la fresita también le flipas.

—¿Soy un juego para vosotras, Ivanna? Respóndeme con sinceridad, porque ha sido divertido, pero si tengo que abandonar la partida puedo hacerlo.

Se acerca peligrosamente y con sus uñas me acaricia la mejilla, por un instante deseo cerrar los ojos para olvidarme de todo y solo disfrutar de su tacto, pero no lo hago, no se puede cerrar los ojos cuando se trata de Ivanna Lancarte.

—Me decepcionas, Demian, esperaba más de ti —susurra, pegando su frente a la mía. El corazón me late como loco en el pecho, casi me sonrojo de pensar que ella puede escuchar mis aceleradas pulsaciones—. Dijiste que querías jugar conmigo, ¿no? Pues demuéstralo.

Me inclino para por fin besarla, pero justo en ese instante ella se separa, dejándome acalorado y en ridículo.

—Tienes a dos mujeres, Demian, a dos, es descortés invitar a una a la cena y no a la otra.

Sabía de la cena que estaba hablando pero yo en esa cena no tenía ni el más mínimo mandato, estábamos ahí en familia, sería muy raro llevar a dos mujeres.

Aunque...

Pensándolo mejor, sería raro, por eso sería muy de mi estilo, desde luego no sé a qué estaba esperando para hacerlo.

—Tienes razón, vestiros a juego o algo similar porque os voy a llevar a las dos, van a quedar todos con la boca abierta.

—Siempre le puedes decir que somos tus amigas —me guiña un ojo.

—No soy bueno mintiendo y aunque lo fuera, ellos me descubrirían.

—¿Y eso es un problema para ti?

—¿Mentir?

—Que te descubran —aclara.

—No, en realidad no —me encojo de hombros. No había mucho más que descubrir de mi vida, privacidad tenía poco y cosas de interés que mostrar al mundo tenía menos todavía.

—Somos tan diferentes...

—Somos más parecidos de lo que quieres ver —indico con diversión—. ¿Sabes? Es la segunda vez que vienes a reclamarme algo, primero por las pruebas de tu lío con Julienne y ahora por las pruebas de mi lío con la misma, no quiero que esto sea una relación tóxica, vamos a poner límites desde ya.

Ella se cruza de brazos y alza una ceja, demonios, me encanta eso de alzar una sola ceja.

—No, no soy una mujer tóxica, me gusta cuidar lo mío.

—Lo sé, me he fijado en todo lo que haces por ella. Es bonito un amor así.

—Más bonito que el amor eres tú, Demian.

Oh.

¿Y ese halago así de gratis?

Me quedo un poco sin palabras, la verdad, en otro momento habría seguido con el coqueteo o habría bromeado, pero en ese instante estaba bloqueado y no sabía muy bien cómo responder a eso.

—Yo me encargo de absolutamente todo, como bien sabes me gusta tener todo bajo control, no es algo que no haya hecho antes. Tú tranquilo, preocúpate solo por la cena y en cómo explicarás que llevas a dos chicas —me besa los labios de manera breve y se da la vuelta para irse

Y yo me vuelvo a quedar allí bloqueado, mis pies parecen estar pegados al suelo y mi voz, ah no, mi voz no sale ni aunque le paguen.

Creo que vuelvo a respirar con normalidad cuando veo que cruza la puerta de la salida y definitivamente se va.

Habían pasado muchas cosas en tan poco tiempo... Admitió que le gustaba y me besó, para resumir los acontecimientos más importantes.

Madre mía, Ivanna Lancarte me había besado.

—¿Qué ha sido eso, campeón? —mi padre regresa con un extraño movimiento de cejas.

—Papá... —aclaro mi garganta y me aseguro de que mi madre no esté cerca—. ¿Alguna vez has hecho un trío?

Besos Cuestionados Where stories live. Discover now