👻 Capítulo O2. 👻

667 78 80
                                    

Quizás, solo quizás... no...

No te habías obsesionado.

No.

Lejos estaba de esto ser una obsesión.

Pero, quizás, solo quizás, ya sabias que aquella persona se llamaba Lee Minho, que estaba cubriendo una suplencia en el sector de danza hace ya más de tres meses, y que su área era la danza contemporánea, en la cual se había especializado.

Puede que también supieras, luego de no investigar de manera rigurosa siguiéndolo desde lejos, que venía los lunes, miércoles y viernes, y que como le gustaba más el café del sector de arte, se venía a este lado del campus sólo para comprarlo.

Bueno, ahora que lo pensabas un tantito, tal vez te habías obsesionado, pero era solo un poco.

Y dices que solo un poco, porque quizás, solo quizás, habías averiguado si podías tomar sus clases, y resultaba que no, no se podia porque no era tu área, aunque eso no impedía que supieras sus horarios de entrada y salida, y quizás, solo un poco, lo veías y seguías desde lejos, muy lejos, lo justo para no ser notado desde una distancia moderada.

Pero no, no te habías obsesionado.

*

Hacía un mes que observabas a Lee Minho desde lejos -insistes, no estas obsesionado-, y algo que notaste al poco tiempo de comenzar a seguirlo es que no era la primera vez que lo habías visto, porque claramente en ese momento que lo habías notado, solo tenías en claro que debías esquivarlo, más ahora, aquello que había sido el motivo para mantener la distancia resultaba ser ahora lo que estabas buscando, ya que se había presentado como una forma de hablar con él.

Lo que hacía un tiempo te hacia pasar de aquel chico ahora resultó que podría ser el boleto que necesitabas para poder acercarte a él.

Además, en este tiempo habías notado algo, un detalle que crees te podría ayudar a que aquel chico se interesara también en tu persona.

Solo debías ser precavido, pensar bien las palabras que ibas a usar para hablarle, pero...

Pero antes debías comprobar si de verdad desaparecían los fantasmas cuando lo tocabas, así que el miércoles cuando su clase terminó, y habías juntado el valor suficiente para actuar, entraste al aula y caminaste con paso decidido hacia ¿tu víctima?

¿Estaría bien decirle así?

- No se puede entrar con zapatillas - escuchas dijo con molestia, más lo ignoraste.

Él se te quedó mirando con algo de confusión, y gracias a Dios no reaccionó cuando estabas caminando en su dirección, sino que solo te sostuvo la mirada, y cuando lo tuviste al fin a menos de un metro, cerca, le agarraste el brazo.

Miraste a tu alrededor, y si, efectivamente, cuando lo tocabas dejabas de verlos.

- ¿Me estas escuchando...-

- Lee Minho, te necesito en mi vida - le interrumpiste lo que sea que estaba diciendo, acortando aún más la distancia y abrazándolo - por favor, Minho, por favor, no me rechaces - suplicaste.

*

Bien, el primer acercamiento no había salido como esperabas, pero quién podría culparte. En tu defensa aunque lo habías planeado muy bien en tu cabeza, en el momento de la verdad no habías hecho ni cuarta parte de lo que habías imaginado con antelación por la emoción de encontrar un poco de alivio, un poco de descanso de ver todo el tiempo personas muertas; y quizás, no podías culpar tampoco a aquel chico, porque si, puede que quizás si daba un poco de miedo que una persona se acercara así, tan de la nada.

Quizás, solo Quizás - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora