👻 Capítulo 22. 👻

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Cuando el aura de un fantasma es:

Rojo: Se han Suicidado.

Amarilla: Fueron Asesinados.

Celeste: Tienen un Pendiente.

Cuando quien puede ver fantasmas está muy cansado, ellos pueden usurpar su cuerpo.

Cuando, la persona que puede ver fantasmas quiere, puede tocarlos.

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Quizás, solo quizás debías pensar en las crisis como oportunidades.

- ¿Qué debería hacer si quiero que me toques? -pregunto, mirándote desde arriba de una manera que lo hacía ver hasta arrogante -¿Qué? - insistió, y te relamiste los labios.

- No lo voy a hacer... - murmuraste, bajo, en un tono de voz de más grave.

- Pero quiero saberlo... - te respondió en un tono igual de bajo, hablando lento - ¿Cómo se sentirá ser masturbado por otra mano? ¿Por una mano que no sea la mía? - pregunto, lento, diciendo cada palabra para que se entendiera, para que no hubiera margen para un equívoco de interpretación.

Eso no debió sentirse bien, saberlo no debía sentirse así.

Negaste con la cabeza, aunque no sabes a que estabas negándote.

En tu mente ya no estabas pensando que no podías hacerlo porque eso solo hacían los maricones, sino que solo pensabas que no debías hacerlo porque ese chico estaba ebrio. Que no debías pasar el límite porque el pelinegro estaba asquerosamente perdido y nublado por el alcohol.

Debías sentir asco por solo imaginarte tocándolo, pero eso no pasaba.

¿Por qué de repente te costaba respirar? ¿Por qué el aire no quería entrar por tu nariz? ¿Por qué sentías ahora esa presión en el pecho?

Te quedaste solo mirándolo, tus ojos fijos en esos ridículamente carnosos, brillantes y rosados labios. Tus ojos recorrieron el rostro del pelinegro, siendo por demás consciente de como tu corazón martillaba hasta en tus oídos por solo imaginar cómo se podría llegar a ver en un tipo de situación más placentera.

Inesperadamente ahora tenías la absurda necesidad de comprobarlo, necesitabas saberlo, necesitabas ver como se vería con el sudor bajando por su cuello, necesitabas ver como su rostro se sonrosaría.

¿Qué tan vergonzoso era aceptar todos estos pensamientos? ¿Por qué justo hoy debías estar tan sobrio como para ser consciente de todo lo que estabas pensando?

Apretaste los puños con fuerza, te relamiste los labios que de repente estaban secos y asentiste.

Ibas a tomar esto como una prueba de fuego, solo eso harías, pero no ibas a hacer nada por demás.

- Si te quieres tocar, hazlo tú mismo - respondiste al fin, cuando pudiste enunciar una frase de las miles que se formaron en tu cabeza.

- Pero-

- No - le cortaste antes de que siguiera hablando, de que destruyera la poca voluntad que habías logrado juntar - Yo no haré nada, lo harás solo - respondiste, llevando tu mano izquierda detrás de su nuca, tirando del mismo hacia abajo para ahora apoyar tus labios sobre su cuello, dejando un beso en el mismo - vamos bebe, muéstrame como te gusta - pediste en un tono bajo, sintiendo como si fuera tuyo el escalofrió que recorrió el cuerpo del más alto.

Quizás, solo Quizás - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora