Quizás, solo Quizás - HyunHo

👻 Capítulo 27. 👻

• Cuando el aura de un fantasma es:

Rojo: Se han Suicidado.

Amarilla: Fueron Asesinados.

Celeste: Tienen un Pendiente.

• Cuando quien puede ver fantasmas está muy cansado, ellos pueden usurpar su cuerpo.

• Cuando, la persona que puede ver fantasmas quiere, puede tocarlos.

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Quizás, solo quizás aún eras un poco egoísta.

El pelinegro se veía pálido, no sabes si a causa de todo lo que vómito, si era por la resaca, o qué, pero hacía ya un rato largo que estaba mirando en dirección a su cama horrorizado, lo que te hizo pensar que tal vez el motivo de su bajada de presión tenía algo que ver con cosas las cuales vos no podías ver.

No te sorprendería, claro que no. Conocías a tu mejor amigo, y estabas seguro que aun muerto era igual de maldito que cuando estaba vivo.

El encanto de Han Jisung siempre fue ser la persona más honesta del mundo, pero no por ello ser encantador. Tu amigo siempre había disfrutado de torturar personas, era como su placer oculto, y era por lo cual habían sido casi hermanos.

Sonreíste pequeño con los pequeños recuerdos de cuando eran adolescentes para luego mirar a Hyunjin, quien parecía que en cualquier momento se le iba a caer la mandíbula.

- ¿Estás bien? - le preguntaste, pero no hubo respuesta de tu parte.

Comenzaste a pestañear varias veces seguidas, inclinando tu cabeza a un costado, hasta que concluiste que seguro Hannie y el otro espíritu que estaba pegado a él tenían algo que ver.

Deberías ayudarlo, aunque sea un poco.

Así que con ese pensamiento en mente, te acercaste los pasos que los separaban y lo tomaste desde las muñecas.

- No me ignores - y quizás no habías querido sonar así, tan demandante. Y es que hasta a ti te sorprendió el tono exigente que empleaste,

Hyunjin te miraba, sus labios se habían entreabierto solo un poco, casi en cámara lenta frente a ti, y mierda, hubieras deseado no haber sido tan consciente de aquel acto.

De repente los labios te cosquilleaban, de repente las palmas de tu mano picaban.

- V-voy a limpiar - tartamudeo, su labio inferior temblando por medio segundo, tirando de su brazo para que lo soltaras, y aunque lo habías logrado, más que nada porque habías dejado de ejercer presión, lo que habías pensando es que realmente no querías.

Tu primer pensamiento automático fue volver a agarrar su muñeca, con tanta fuerza que tus dedos se notaran. Pero no querías hacerte cargo de lo que eso implicaba, no querías pensar, profundizar en ello, así que solo ignoraste ese deseo casi primitivo de dominio.

En su lugar lo seguiste con la mirada, viendo como movía cada mueble, cada silla, para barrer las partículas blancas de sal del suelo, y te dedicaste a darle otra pequeña recorrida a su pieza para ocupar tu cabeza en cualquier cosa que fuera.

Te sorprendió un poco que el pelinegro fuera ordenado, y es que no lo esperabas.

Hannie siempre había sido un asco, su cuarto era la definición de desorden, quizás hasta de caos del diccionario. Te reíste ante el recuerdo de la vez que el de grandes mejillas se sorprendió de ver una cucaracha en su cuarto, cuando debajo de su cama tenía una caja de pizza con todos los bordes sin comer que estabas seguro habían comido contigo hacía un mes atrás.