Quizás, solo Quizás - HyunHo

👻 Capítulo O9. 👻

• Cuando el aura de un fantasma es:

Rojo: Se han Suicidado.

Amarilla: Fueron Asesinados

Celeste: Tienen un Pendiente.

• Cuando quien puede ver fantasmas está muy cansado,

ellos pueden usurpar su cuerpo.

• Cuando, la persona que puede ver fantasmas quiere,

puede tocarlos.

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Quizás, solo quizás, te sentías una persona horrible.

No es que fueras frío, solo eras poco demostrativo.

No es que buscaras herir a otras personas, pero siempre habías tenido una lengua filosa y poca, muy poca, paciencia.

Siempre habías sido así.

No pensabas lo que decías, por el contrario, decías lo que pensaba sin importarte mucho si otros se sentían ofendidos o no; y te creías que podía hacerlo porque nunca dirías nada para hacer sentir realmente mal a otra persona, a menos que creyera que esa persona se lo merecía.

Pero con el pelinegro era diferente, y es que él te ponía incómodo.

Lo detestabas, el chico era insoportable. Era terriblemente confiado e invadía tu espacio personal de una manera que te era imposible no sentir ofensiva. Ni tu novia era tan invasiva.

Aunque había una cosa que, desde que aquel chico se te había pegado, te estaba quitando el sueño, y era saber que tu Hannie estaba junto a ti todo el tiempo.

Nunca te habías puesto a pensar el porqué de tu repentina mala suerte hace años, hasta habías llegado a pensar que era más un efecto del tipo "atraes lo que llamas", y es que desde la muerte de tu mejor amigo te habías vuelto un poco más cascarrabias y quizás, llegaste a pensar que eras tú quien llamabas a la mala suerte con tu poca actitud positiva hacia la vida.

¿Qué si creías que era tonto lo que pensabas?

Si, si lo creías. Siempre odiaste a las personas que pensaban así, tan fantasiosamente, pero no por ello pudiste rechazar la idea, porque podría ser.

Hacía como cuatro años que te pasaban pequeñas cosas que arruinaban tú, de por sí, poco buen humor. Con el pasar del tiempo, ya habías normalizado que quizás el café se te caería, que tu bolsa de compra se rompería, que un perro te ladraría por media hora con intención de morderte los tobillos hasta que alguien te ayudará a sacártelo de encima, que el agua caliente se pusiera fría en invierno y más caliente en verano enrojeciendo tu piel, que te harías un pequeño corte en algún dedo al cocinar, o que el vapor, al destapar la olla, le quemaría los nudillos.

Eran pequeñas cosas que realmente con los años te empezaron a importar poco, y ya eran hasta naturales. Es más, cuando hacía unos días nada te había pasado, hasta se había sentido raro.

Como si algo te faltara.

No estabas acostumbrado a tener un buen día, o un día relativamente sin alguna complicación, por lo que cuando el pelinegro te quiso arruinar tu pequeño momento de paz, realmente te molestó.

Dijiste cosas hirientes, de las que luego te arrepentiste.

Pero... ¿Era tu culpa que el otro chico fuera tan molesto y por ello reaccionaras mal?