Capítulo 11: Compañías nocturnas

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Dudando una y otra vez en ir a ver a su hermana de nuevo, termina arrojándose en la cama con los brazos abiertos, largando un agotar suspiro, hasta que escucha un golpecito en el vidrio de su ventana. Sin hacerle caso, lo vuelve a oír y está vez más seguido. Por pura curiosidad Emily, asoma su cabeza en la ventana y desde allí, puede ver al responsable de arrojar esas piedras. Sin dudarlo, sale de su habitación sin hacer ruido y de la misma manera, sale de la casa, encontrando a Ciaus, apoyado sobre su moto tranquilamente, cuando hace unos momentos estaba arrojando las piedras.

- ¿Sabias que existen los mensajes al móvil? También hay llamadas, incluso puedes usar las distintas redes sociales...— antes de seguir hablando, Ciaus toma su mano atrayendola a él para terminar devorando sus labios sin previo aviso. Esta vez, deja de lado al romántico joven de besos suaves que estuvo con ella en el festival de invierno.

— hola pequeña- murmura sobre sus labios.

— Si mi abuela, me ve, nos mata.

— yo le tendría más miedo a Malia— lleva un mechón de cabello detrás de su oreja.

— ¿Ciaus, tu crees que...— queda un momento en silencio, —olvídalo.

— hey, dímelo- el joven toma el rostro de Emily entre sus manos.

— No es nada.

- dímelo, ¿pasa algo? ¿por qué Malia no fue hoy? ¿Es por eso?

Emily, deja a la vista su expresión triste.
— papá estuvo aquí ayer— confiesa,
— dijo que podía pasar las primeras semanas del año con mi madre y....(cabía la posibilidad de que a mediado de enero me vaya)—  esas últimas palabras, no salen de sus labios,
—Malia estaba triste, ella dijo que podía irme.

—¿Malia, dijo eso? —se precipita Ciaus, con el ceño fruncido.

— Nisiquiera yo lo entiendo, pero no voy a dejarla, si me toca irme, la llevaré conmigo.

Ciaus, se traga la angustia que le provoca volver a oír que ella se puede ir y lo único que puede hacer, es atraerla a él, abrazándola.
— Estoy seguro que ella no lo dijo con mala intención, Malia te ama— deja un suave beso sobre su cabeza,
—¿ahora pequeña, quieres ir a dar una vuelta conmigo?

Emily, se encuentra con sus ojos y esa cálida sonrisa a la cual no puede resistirse.
— bien, pero las mujeres de esta casa te asesinaran.

— puedo resistirlo— le guiña un ojo, sonriéndo.

Mientras Emily, se coloca el casco, Ciaus escribe rápidamente un mensaje para Ethan...

Ciaus, estaciona la moto en la cancha de básquet, detrás de los edificios abandonados. Los pocos grupos de jóvenes que están allí, tienen puestas las chaqueta con el logo de los Hellish Volture, es como sí aquel lugar les perteneciera. El joven termina sentándose en uno de los bancos y desliza su mano sobre la espalda de Emily, hasta acercarla más.

— ¿acostumbras venir siempre aquí?– pregunta Emily, viendo como Ciaus le echa un vistazo a su alrededor, con aquella mirada autoritaria pero tarda en contestar, ya que entrelaza su mano con el de la joven y deposita un beso sobre el dorso de su mano.

— Eres curiosa pequeña.

—¿es crímen querer saber más sobre ti?

— no, no lo es, pero cuando estoy contigo en verdad quiero estar solo contigo— deja un beso en su cuello.
—sin información sobre mí, sólo de ti– deja otro beso más succionando esa parte de su piel.

Emily, deja escapar una pequeña risa por lo bajo, mezclando su respiración entrecortada.
—¿y que se supone que haremos cuando estemos juntos?— ahora es Ciaus quien ríe,

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora