Capítulo 88: Muy tarde para arrepentirse.

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Las voces muy pocos audibles de las personas que pasan frente a la casa, llegan a sus oídos casi como si fuera un murmullo. Es más fácil leer las expresiones de esos individuos, caminando tan apresurados, tratando de cumplir sus tareas o acciones diarias, que descifrar lo que dicen.
A estas horas, abundan los niños de camino a la escuela con uno que otros padres o hermanos mayores de acompañante. Es un barrio en el cual, hay muchas personas jóvenes, niños, mujeres y ancianos, con ausencia de algún miembro familiar, que en varias casos ya no es requerido como antes.

Un grito, un regaño infantil y un par de contagiosas risas roban su atención un momento hasta que a ello se mezcla la dulce voz de Ana.
- Tardaste en regresar- Comenta Ana, mirando de reojo a la persona a su lado.

Alexander, está de pie frente a la casa, detrás del bajo portón que separa el terreno de la calle.
Leyó la carta, termino reclamando a Eva de muchas cosas que ignoraba y no pudo evitar salir de su casa, enojado y decepcionado consigo mismo.

- Tu lo sabías- Afirma Alexander, con la mirada al frente.

- Nunca quisiste escucharme- Sigue Ana, - Siempre fue Eva y los Lawrence.

- En aquel entonces, las cosas podrían haber sido diferente.

La mujer, sonríe tristemente. - Tú sabes que no- agrega, - puedes echarle la culpa a Eva, si así lo deseas. Ella tuvo mucho que ver pero tú también. Al final, Malia lleva tú sangre.

- ¿Tu también crees que jamás debí irme de aquí?- pregunta Alexander, con la mirada fija en un punto hacia adelante.

- El problema no fue eso desde un principio. Dejaste de lado a tu familia, Alexander. No hablo de Eva, sino de tus hijas. Emily, se estaba destruyendo frente a tus ojos, a punto de convertirse en una adicta o incluso en algo peor, siguiendo el historial médico de su madre y Malia...- voltea hacia Alexander, para ver si logra encontrarse con su mirada,
- ponte a pensar en todas las cosas que hiciste mal respecto a ella, cuanto daño le ocasionaste. Sinceramente hijo mío, Malia debería odiarte con toda su alma pero no lo hace- ahora sí capta la mirada de Alexander, - Tu peor error, fue haberlas sacado de aquí hace unos siete años atrás. Hubieras hecho tanto bién en ese entonces- está sonriéndo pero sus ojos están llenos de lágrimas. - No te mereces su perdón, porqué de todas las personas que la lastimaron, tú fuiste el primero y el que jamás debería haberlo hecho.

- ¿Tu tampoco me perdonaras?- sigue Alexander, con una expresión devastada en su rostro.

Ana, posa su mano sobre el hombro de su hijo. - A mi no me debes pedir perdón y si deseas al menos, compensar a tus hijas, déjalas en paz. Ellas ya no te necesitan. Emily, tiene a su familia formada, un chico que la ama con su vida, a ella y a su hija. Malia...Malia tiene a un amor puro a su lado- sonríe cálidamente al recordar a los jóvenes, - Ellas si saben lo que es amar de verdad y ser amadas de la misma manera. Recibir el amor que tu les negaste y dar más, de lo que tú les diste- deja un beso sobre la mejilla de Alexander,
- no busques más culpables y no te atormentes, no puedes regresar al pasado y si hubiera sido así, de seguro cometerias los mismos errores- la sinceridad de su madre era lo que estaba necesitando actualmente, después de haber oído a Eva y leer la carta. No puede agregar algo más a todo lo que ya escuchó de su madre además, ¿Qué más podría decir? Aún así, eso no le quita lo arrepentido que está al respecto...

La noticia de que Emily, se convertirá en esposa de Ciaus, fue demasiado emocionante para su hermana, a tal punto de que inesperadas lágrimas salieron casi sin su permiso al recibir las palabras de Siara, sobre que su padre le pidió matrimonio a Emily...

- Vaya vaya, señor Evans-Malia, llega a Ciaus con una expresión seria, muy mal actuado, - Usted y yo, tenemos muchas cosas de que hablar, ahora que será esposo de mi hermana menor- Le da un pequeño golpe sobre su hombro, -cosas serías- recalca.

A través de tus Ojos.Where stories live. Discover now