Capítulo 50: Celos y deseo.

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Antes de preocupar a su hermana, Malia le envía un mensaje notificando su destino y sólo después de eso emprende su viaje a San Diego, en compañía de Ethan.  Esta vez, los hermanos Cox y Logan, no lo acompañan claro que fue una petición de Ethan, pero Frank si va con ellos...

El clima en San Diego siempre sorprende con sus bajas temperaturas, más cuando se acerca el otoño y casualmente este día es un poco diferente ya que la calidez del dia alienta a las personas a salir y pasear tranquilamente ya que estas actividades al aire libre se han hecho más regulares luego de que Giovanni puso todo en orden, eliminando a las pandillas que sólo buscaban perturbar la tranquila vida de las personas de ese barrio.

El coche que los recoge en el aeropuerto, los lleva directamente a la casa de sus abuelos, con Frank conduciendo y un curioso Ethan, que no disimula la mirada que tiene sobre Malia. Ha logrado dormir sólo una hora toda la noche pensando en Ash y Malia, hasta que las palabras de su padre comenzó a hacerle ruido cuando tenía en su poder la pulsera azul que le pertenecía a él.
Si cabía alguna duda o siquiera posibilidad de que Ash siga en el corazón de Malia, él está más que decidido a sacarlo de allí...

Cuando ingresan a la casa, son recibidos por una radiante Ana que se abalanza sobre ellos ya que se había enterado anticipadamente por Eduardo de su llegada; Frank por su parte, fue a visitar a unos amigos.

— ¡Yo sabía que iban a volver!— Anuncia Ana, riendo alegremente.

— Ahh, abuela... nosotros no...

— Gracias abuela- Corta Ethan, tomando la mano de Malia con una pícara sonrisa, pero antes de que  la joven se atreviera a decir algo, Ana se aleja de ellos llamando a Eduardo fuertemente.

— Tenemos una buena relación ahora, ¿no? — Sigue Ethan y besando el dorso de la mano de Malia dibuja una sonrisa mirándola desde esa posición, claro que sin miedo al éxito, está más que decidido a reconquistarla.

— Bienvenidos— Eduardo, aparece en la sala y esto hace que los jóvenes se separen por un momento.

— Buenos días señor Clark— saluda Malia.

– llámame abuelo— repone Eduardo, regalandole una sonrisa de lado, hasta que lleva toda su atención en Ethan, ya que efectivamente ellos tienen asuntos de lo cual hablar.
Malia, se percata de lo mismo por eso abandona su lugar junto a Ethan y va en busca de su abuela.
La mujer está muy emocionada en la cocina, diciendo que preparará el mejor almuerzo para festejar que su nieta y Ethan volvieron a estar juntos.

— Es que ese chico está locamente enamorado de ti– habla Ana, — no iba a soportarlo.

— Abuela...— Malia, sonríe tratando de buscar las palabras para no romperle la ilusión a su abuela, mientras pasea por la cocina hasta que algo en el pasillo que separa a la sala de este sector de la casa, llama toda su atención. Se trata de una fotografía, aunque esta un poco deteriorada, ella puede reconocer perfectamente a una de las personas que están allí.

— ¿Alexander?— murmura la joven, tomando la fotografía que está simplemente apoyada sobre un estante en la pared. Efectivamente es Alexander, está más joven, quizás de unos veinte años pero no está sólo, sino que lo acompañan tres personas más, dos hombres y una mujer. Esta última, es idéntica a la misma mujer de la foto en el collar que le dió Alexander en su cumpleaños, ella es su madre.

— Amara Lawson— Salta Ana, unos pasos más atrás de Malia, — Giovanni Evans, Erick Clark y Alexander.

— Ellos eran amigos— afirma Malia, devolviendo la foto a su lugar tratando de disimular sus emociones respecto a Amara.

— Desde que eras una niña tú nunca preguntaste por ella...

— Sabía todo lo que tenía que saber– Como por ejemplo, el hecho de que Amara la abandonó, sabiendo que Alexander se iría con su otra familia.

A través de tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora