Capítulo 80: El plan de Ethan.

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Luego de la tormenta, el clima comienza a volver a lo que era antes. Las nubes grises se esparcen y el sol intenta dejarse ver entre ellas, aún así hubo un gran descenso de la temperatura.

Ethan, no tenía pensado dormir, siempre atento a todo lo que pasa a su alrededor, más aún después de haberse metido en el mundo de los mafiosos, pero no pudo evitarlo. Quizás fue lo reconfortante de haber estado abrazado a Malia durante la noche, tanto que nisiquiera recuerda en que momento se quedó dormido.
Así que apenas se percata de ello, abre sus ojos rápidamente pero Malia, no está a su lado.
Como si le hubieran quitado algo imprescindible, se apresura en salir de la habitación en busca de ella.

— ¿Malia?— piensa en voz alta con la respiración acelerada  y ya comienza a marcar a sus hombres para reunirse con él, mientras camina a grandes zancadas por el pasillo.

— ¿Jefe...

— ¡¿Dónde carajos están?!— Ruge Ethan, — Malia...— de repente, detiene sus pasos cuando a sus oídos llega el sonido de la risa de Malia. Empuja la puerta abruptamente, siguiendo ese sonido y termina entrando a la cocina, encontrándose efectivamente con Malia, junto a Lila.

— Ahh...— Malia, intercambia miradas con Lila, pero lo que la sorprende está vez, es esa expresión en el rostro de Ethan, es como si estuviera asustado  y enfadado.
— ¿Ethan?

El joven se relaja un poco y debe disimular una media sonrisa para Lila, — Buenos días— saluda, amablemente.

— Buenos dias— Contesta la mujer, con el mismo gesto. — Espero que hayas tenido una buena noche. El desayuno ya casi estará listo— mira de reojo a Malia, entendiendo que necesitan un tiempo a solas, — iré a decirle a mi esposo— sin más, gira sobre sus talones, saliendo de la cocina rápidamente.

— ¿Qué hay con esa cara?— pregunta Malia, mirándolo atentamente.

— Nada...— repone Ethan, robando un trozo de fruta que estaba picando Malia, minutos atrás.
— Hace tiempo que no dormía tan profundo. Desperté y ya no estabas...

— ¿Y qué me podría haber pasado?— ríe Malia, pero es imposible hacer sonreír siquiera a Ethan, con ese comentario.
— Dormiste como un bebé— sigue la joven, chocando su hombro con el de Ethan hasta que él la sujeta por la cintura y termina abrazándola.

— Hace tiempo no sentía tanta paz— deja un suave beso sobre el cuello de la joven, dejando una marca sobre esa zona eliminando cualquier distancia entre ellos, hasta que termina arrinconando a Malia contra la isla de la cocina.  — ¿Te escapaste de mi?— murmura a escasos centímetros de sus labios.

— ¿Debía hacerlo?

— definitivamente...

— ¡¡Tiaaa!!— Como un balde de agua fría, listo para calmar el calor entre ellos, Siara ingresa corriendo a la cocina.

Malia, se aparta inmediatamente de Ethan para recibir a Siara entre sus brazos.
— ¿Siara, por qué...

Antes de poder terminar de hablar, otra persona ingresa inmediatamente, igual o peor de ansiosa que Siara.

— ¿¡Malia!?— Emily, se acerca a ella, estudiando su estado de arriba a abajo.

— ¿Qué pasa? ¿por qué están aquí?

— Les dije que estaba bien— Ciaus se une a ellos, ingresando tranquilamente con una peculiar sonrisa de lado.

— Te dije que iba a llover— Regaña Emily, — Esa tormenta fue muy fuerte, no llegaste nunca y...

— hey...— Malia, lleva su mano a la mejilla de su hermana, — siento haberte preocupado.

Emily, relajada su expresión, sonriéndo cálidamente, más porque tiene los curiosos ojos de Siara, puestos en ella, y eso no le permite vacilar o verse afectada.

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