Capítulo 78; "Lía"

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De poder, podía oponerse a Ethan y su petición de  llevarla hasta el campamento pero simplemente, Malia no quiso hacerlo, con una muy disimulada aceptación. Es por eso que ahora está en el mismo auto con Ethan, conducido por él en la carretera que comienza a mojarse ya que la lluvia no tardó nada en proclamarse como protagonista, así como el hostil clima que se desata muy rápido.

Los truenos se escuchan muy bien hasta que los rayos se hacen más fuertes, la lluvia cae a cantaros y esto hace que Ethan, disminuya la velocidad.

— Deberíamos parar— Comenta Ethan, con la frente fruncida ya que hasta la vista en la carretera se dificulta. Sin embargo, cuando está a punto de hacerlo, escuchan un ruido extraño, distinto a los truenos.

— ¿Qué fue eso?— se precipita Malia, con los ojos bien abiertos.

— Ah...creo que es la rueda..

— ¡La rueda!- Salta la joven, comenzando a desesperarse.

Ethan, detiene el vehículo y recibiendo toda la lluvia, sale afuera para comprobar que efectivamente acabaron de pinchar una rueda trasera.

— ¿Qué pasó?— pregunta Malia inclinándose sobre el asiento de Ethan y cuando nota el estado de la rueda por inercia sale del auto.  - ¿Qué vamos hacer?

Ethan, la vuelve a meter dentro del vehículo tan pronto como puede,
- No te mojes— dice el joven, ingresando él también pero ya los dos están empapados.

- ¿Qué vamos a hacer? — repite Malia, pero Ethan está más concentrado buscando algo en el asiento trasero del auto, —¿tienes una rueda de auxilio?

— No- corta Ethan, con la frente levemente fruncida, -ahora me preocupa más el hecho de que estas mojada, te vas a enfermar y no tengo absolutamente nada para secarte y...

— Tú también estás mojado— Salta Malia, tratando de calmar los ánimos.
— dejaré que pagues la medicina—  bromea la joven y al menos logra suavizar la expresión de Ethan con ese comentario.

— Bueno...— larga un pesado suspiro, pasando su mano sobre sus cabellos, despidiendo gotas de lluvia.
—Tendremos que esperar.

— Al menos que quieras correr hasta el campamento...

— Ni se te ocurra— dice Ethan, en un tono serio, sabiendo que Malia lo está provocando.

Nisiquiera son del todo conciente de esos comentarios, de esa forma de bromear que era típico de ellos antes.
Sin embargo, no pasa más de dos minutos cuando los sorprende dos golpes en la ventanilla.

Ethan, es el primero en ponerse en guardia ya que no logra identificar de quien se trata y peor aún, los golpes son cada vez más insistentes.

— Ethan...

— Tranquila— él joven alcanza en la guantera del auto, un arma de fuego y cuando está por abrir la puerta, Malia lo detiene.

— ¿Estás loco?— Salta la joven, inclinándose sobre él para impedir que salga.

— tengo que saber quién es— y ya está perdiendo su concentración con Malia a escasos centímetros de su cara, mojada y sobre él.

— No lo harás, sino yo saldré contigo y...

— ¿Necesitan ayuda?— una nueva voz aparece en escena, proveniente de afuera. Esta voz pertenece a la de un hombre, más bien de una persona mayor que al colocar la linterna iluminando su cara, les sonríe a los chicos a través de la ventanilla...

Malia, le arrebató el arma a Ethan, salió del auto ignorando sus retos sólo para llegar hasta el hombre que se ofreció a darle alojamiento está noche, es así que los dos llegaron a la casa de su salvador, el cual vive con su esposa. Resulta que su hogar no está nada lejos del lugar de donde pararon el auto, así que hubo un punto a favor para los jóvenes.

A través de tus Ojos.Where stories live. Discover now