Capítulo 71: ¿Quién debe ser perdonado?

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Malia, actúa verdaderamente rápido desde que ve el auto de Ethan alejarse de allí. Volviendo a escaparse de la enfermera, sale a la calle en busca del primer taxi pero la velocidad con la cual Ethan, emprende su camino no le da tiempo al pobre taxista de seguirlo. Así que vuelve a quedar en la nada con el taxi atravesando la avenida sin ninguna destino en particular ya que el único pasajero que tiene es a Malia, marcando a Ethan una y otra vez, hasta que opta por intentar llamar a Declan, el cuál es quien siempre está junto a él.

El taxista la mira por el espejo retrovisor, percibiendo el estado en el cual se encuentra la joven y por eso reduce la velocidad del vehículo sin rumbo alguno, mientras que Malia espera impaciente hasta que Declan, le responde.

— ¿Dónde está Ethan?— Pregunta la joven tan rápido como la llamada es tomada.

— Malia...— Habla Declan en un tono alto ya que esta viendo llegar a Ethan al avión. El joven intercambia miradas con Ethan, para saber qué hacer hasta que lo ve negar con la cabeza.

— Declan, responde— sigue Malia,
— ¿Esta en su casa o en...

— No lo sé-miente, tensando la mandíbula, sabiendo que esto le dolerá.

— Dime un lugar...

— él tenía que tomar un avión— confiesa con una expresión triste, imaginando la cara de Malia, después de decir esto, — Se irá de Los Ángeles– no hay respuesta de la joven, así que comienza a arrepentirse por ser el mensajero, — Malia, yo...— larga un pesado suspiro, — él no regresará por un tiempo y será algo desgastador buscarlo para ti ya que no creo que se deje encontrar — Sigue sin escucharla, — sería inútil recurrir a Ciaus o a los demás ya que están en la misma posición.— Aunque sólo él y Dax, van con Ethan.
- ¿Malia?— repite su nombre más de una vez pero no recibe nada.

Malia, está completamente destrozada con esa información. Deja caer lentamente la mano que sostiene su móvil con su mirada fija en algún punto inexistente, con sus ojos llenos de lágrimas.
Es una mezcla total de emociones, entre la rabia y el dolor predominando sobre la tristeza pero pese a ello, Malia no puede odiarlo. No, porque lo ama demasiado como para terminar con ese amor en un abrir y cerrar de ojos pero no puede aceptar completamente lo que hizo y, si hay algo que ella ahora no puede perdonarle, es la forma tan fría en la que se marchó.

Hace seis años, ella había renunciado a él bajo la amenaza de Alexander, quizás con eso lo pueda entender pero, ¿por qué está vez duele muchísimo más? No había necesidad de hacer esto ¿o si? No tiene porque irce, no quiere que lo haga.

— ¿Señorita?- Salta el taxista mirándola atentamente. El vehículo ya paró pero Malia nisiquiera se dió cuenta de eso. — Dígame donde vive, la llevaré— habla en un tono amable al ver la expresión de la joven.

Malia, lleva su mirada hacia el hombre cayendo en la cuenta, que nisiquiera tiene dinero para pagarle,— Yo...lo siento pero no puedo pagar..

— Ah..— el taxista divaga un momento hasta que regresa su atención a ella, sonriéndo.—No sé preocupe, luego me paga— está claro que está demasiado conmovido por Malia y esa expresión que amenaza con desmoronarse en cualquier momento.

La joven intenta corresponderle a esa sonrisa pero le es imposible.
— gracias— murmura.

— Su casa, ¿Dónde está?— cuando esta a punto de responderle, Emma comienza a llamarla desesperada por no haberla encontrado en el hospital, así que es ese el primer lugar que se le viene a la mente, además no puede pensar en otra cosa.

— Regresemos al hospital— termina Malia, apoyando su cabeza contra la ventanilla del auto, con la mirada perdida, cansada pero sigue tratando de mantenerse fuerte...

A través de tus Ojos.Where stories live. Discover now