Capítulo 4 - Confianza.

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Llegó el tan esperado día en que Sara, yo, y otras 15 chicas iríamos a la gran casa del Guille.

Había estado muy emocionada toda la semana esperando que llegara el día. Desde que el Guille le encargó a Sara que llevara 15 chicas, ella no había dejado de buscar y reclutar. Y a mí, me tocaba acompañarla a ciertos lugares para no dejarla sola.

—¿A qué hora debemos estar allá? —Pregunté entusiasmada.

—A las 7. —respondió Sara mirando los vestidos ajustados que estaban en los maniquíes.

Iba a ir a la fiesta, pero como mano derecha de Sara, es decir, no tenía que pasar tiempo con ninguno de los hombres que iban a estar allí. Si no, que debía encargarme de estar al tanto de que cada chica hiciera su trabajo correctamente. Era intocable.

Observé un vestido que estaba en uno de los maniquíes. Era negro, con una gran abertura en la espalda, y algo corto.

—Este es lindo. — dije ensimismada.

Sara miró en mi dirección y tocó la tela del vestido.

—Es suave. Creo que te quedaría muy bien. Y más porque no resalta mucho que no tienes... — llevó sus manos a sus pechos y los tocó.

—Pechos. — Sara notó mi cara de tristeza.

—No te desanimes por eso. —dijo tocando mi hombro — Eres hermosa aún sin ellos.

—Quiero llamar la atención del Guille, pero sin pechos ¿Cómo lo haría? tú mejor que nadie sabes que la mercancía se vende por los ojos.

—Sé tú misma. — sonrió.

Mis ojos dejaron de mirarla y se desviaron a un vestido precioso. Era de un color rojo vino que llegaba un poco más alto de la rodilla, escote en v, y espalda descubierta.

—¡Precioso! —exclamé tratando de ocultarlo de Sara.

Tenía confianza en mi misma, eso lo tenía más que seguro, pero a veces los comentarios que me hacían, me decepcionaban tanto que prefería ocultar las cosas, para que cuando llegara el momento oportuno, simplemente mi opinión fuera la que contara.

Ambas nos dirigimos al mostrador y pagamos lo que habíamos comprado. Dos trajes de baño, dos vestidos de noche, algo de ropa interior de encaje, ropa cómoda y ropa provocadora.

Todo el día la pasamos de compras, arreglándonos el cabello, las uñas, nos hicimos depilación completa.

Mejor dicho, adiós al dinero que me habían dado en el auto lavado. Pero todo era una buena inversión que pronto recuperaría.

Y si mi plan de conquistar al Guille no funcionaba, lastimosamente iba a quedar en la quiebra, y tendría que estar varios días sin comer. Hasta que consiguiera otro trabajo.

Mi trabajo en McDonald's no era la gran cosa. Pagaban poquito, pero me servía para comprar mis cosas personales y los trabajos que me pedían en la escuela.

Con el trabajo del auto lavado, pagaba los servicios, tenía comida, y el alquiler de la habitación donde me estaba quedando.

"Espero que con esto aprenda a ser más precavida."

A mi mente volvieron las palabras del hombre al que le había arrojado el balde de agua. Y mi corazón comenzó a palpitar. Parecía un buen sujeto.

Ni siquiera le pedí su número de teléfono.

Si mi plan de conquistar al Guille no funcionaba. El hubiera sido mi plan b.
Lástima, papasito rico. Todo lo que te pierdes.

¿Cuál sería su nombre?

El Duro corazón del Narco [EDITANDO]Where stories live. Discover now