Capítulo 41- Adiós Sonrisa.

18.7K 742 18
                                    

Me desperté al sentir varios besos recorrer mi espalda desnuda. Sonreí plácidamente porque sabía de quién se trataba y qué quería.
Si, recordaba perfectamente todo lo que habíamos hecho hace varias horas atrás. No había sido un sueño. Todo lo que había pasado fue real.

— Hey, preciosa.

—¿Uhm?

—Ya debemos irnos. — dijo el Guille sonriente contra mi piel. Recibiendo un quejido de mi parte. — ¿No quieres?

Inmediatamente negué, me di la vuelta y lo abracé para que no se levantara.

—Si nos quedamos aquí puedes resfriarte.

—Todavía no, cinco minutos más...

Con una radiante sonrisa, se acercó y beso mis labios con urgencia. Despertándome en el acto. Sabía perfectamente cómo despertarme. Y lo estaba consiguiendo.

Oh sí. Podría acostumbrarme a esto.

Ya no sentía miedo de mi desnudez o de mis actos. No después de todo lo que habíamos hecho en aquella oscuridad.

Fue el Guille quien se separó, interrumpiendo el beso con algo de dificultad. Recibiendo una protesta, nuevamente de mi parte.

—¿Todavía no tienes suficiente? — Sonrió de medio lado. — Fueron tres rounds seguidos.

—Puedo aguantar otro más. — respondí, para luego abrir mis ojos sorprendida.

¿Qué era lo que acababa de decir? ¿Qué aguantaba otro más?

¡Ay no, que vergüenza!

Dicho esto, el Guille soltó una carcajada que resonó en todo el lugar, su pecho subía y bajaba rítmicamente de la risa. Casi podía jurar que iba a hasta llorar. Lo miré atentamente. Era toda una obra de arte, se veía rejuvenecido, más feliz, más hermoso.

¿Podría atribuirme, aunque sea un poco ser la causante de dicha felicidad?

Sonreí ante tal idea.

Él estaba feliz, y si él estaba feliz, yo también.

Lentamente me fui incorporando para comenzar a tomar mis prendas que hacía pocas horas, habían volado de mi cuerpo. Concentrada en mi tarea, no me percaté de la cara de decepción de Hugo, hasta que lo miré.

—¿Ocurre algo Hugo? — pregunté arqueando una ceja.

—Pensé que no te levantarías. — Sonreí.

Era muy confuso este hombre.

—Creo que dijiste perfectamente que nos podríamos resfriar.

—Y es así. —afirmó.

—¿Entonces?

—Que no pensé que de verdad me harías caso.

Comencé a reír a carcajadas al ver sus repentinos cambios de personalidad. Era algo inentendible.

Por eso lo quería.

—Pues sí, te hago caso. — dije colocándome la ropa. — Además, rechazaste un cuarto round. Y mi orgullo, está herido.

Me giré para darme algo de privacidad, puesto que estaba bajo su escrutadora mirada, lo cual me hizo colocar nerviosa. Algo curioso, puesto que ya me había visto completamente desnuda. Y el pudor, era lo de menos en este momento.

Rápidamente se acercó a mí, y desde atrás, susurró en mi oreja.

—Podemos solucionarlo.

Está vez, fui yo quien comenzó a negar.

El Duro corazón del Narco [EDITANDO]Where stories live. Discover now