El Duro corazón del Narco [EDITANDO]

Capítulo 13 - Superando El Pasado

Él simplemente me miró y procedió a tocarme, pero yo me alejé.
Y cuando lo hice, pareció haberse arrepentido de haber mencionado al innombrable.

—No sé nada. —dijo.

— ¡Mientes! —exclamé alterada.

— Cálmate un poco... Yo de verdad no sé...

— ¡Dime quién te lo dijo! — lo interrumpí. Estaba a punto de darme un colapso emocional. Mi cuerpo estaba temblando y a mis pulmones les hacía falta oxígeno.

De nuevo estaba ante un ataque de pánico.

Todos los que estaban allí presentes, se dieron cuenta, porque nos comenzaron a mirar. Algunos incluso, se levantaron de su asiento para tener una mejor vista.

No quería que me vieran así.

Como si hubiera leído mis pensamientos, el Guille me tomó del brazo y salió corriendo conmigo arrastras alejándose del lugar, cosa que hizo que me diera mucho más miedo del que ya sentía.

Mientras me arrastraba, yo trataba de zafarme de su agarre. Lo que era imposible, ya que me tenía bien agarrada.

— ¡¿Qué haces?! — dije, pero me ignoró.

Cuando ya estábamos lo suficientemente lejos, se detuvo y me abrazó. Pero yo inmediatamente lo comencé a empujar para que se alejara de mí. Su tacto me estaba haciendo daño en ese momento.

— ¡No...! ¡Por favor suéltame! —dije mientras mis lágrimas acariciaban mis mejillas.

Pero él no me soltó, en cambio, comenzó a acariciar mi cabello y a pronunciar palabras inentendibles para mí en ese momento.

Lo único que yo quería, era que no me tocaran, que me soltara. Pero él, sin embargo, insistía en no dejarme ir.
El hecho de que alguien supiera lo que había pasado con mi tío, me llenaba de tanto miedo y vergüenza. No quería que nadie lo supiera. Y en realidad, nadie hasta ahora lo sabía, solamente yo. Ni siquiera Sara que era mi mejor amiga.

—Todo va estar bien. —repetía dulcemente. — Cálmate, por favor, respira con tranquilidad.

—No... —lo volví a empujar, pero ya sin fuerza.

—Shhhh...—me silenció. — Todo está bien.

Siguió con sus caricias hasta que mi cuerpo se relajó. Luego se alejó de mi para mirarme.

—¿Estás bien? — asentí sin ganas. — princesa... mírame, no sé qué te pasó, ni por qué te colocas así cada vez que alguien te toca. Eso es tu problema, pero, no te guardes las cosas. A veces es muy difícil estar de pie tu sola, y aguantar todo lo que has aguantado también lo es. Probablemente no me dirás qué tienes, ni mucho menos qué te pasó, pero cuando te sientas, así como te sentías, solo relájate, respira y recuerda que ya pasó.

Sus palabras tan dulces tocaron en el fondo de mi ser. Haciéndome sentir mucho más tranquila y más serena para pensar.
Aunque sus ojos demostraran sinceridad. Mi corazón me decía que él sabía algo más. Y no me lo decía por miedo a herirme. Sin embargo, no lo podía comprobar, y lo único que me quedaba, era confiar en su palabra.

—¿Por qué... mencionaste a mi tío? — dije ya más calmada al cabo de un rato.

—Fue... Un error, no lo quise mencionar. Simplemente se me salió. — dijo y luego me miró. — No sé nada de eso, de verdad. Es solo que... Cuando estabas borracha lo mencionaste varias veces, por eso supe de él.

Tomó una de mis manos aún temblorosas y le dio un pequeño beso.

—No lo volveré a mencionar, a menos que seas tú la que lo mencione. —sonreí un poco y asentí.