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Tienes los ojitos que quiero ver todos los días de mi vida.

Jaemin se encontraba acostado en la cama mientras acariciaba el pelaje blanco del cachorro y comía unas papitas que había sacado de la alacena

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Jaemin se encontraba acostado en la cama mientras acariciaba el pelaje blanco del cachorro y comía unas papitas que había sacado de la alacena.

Hace un rato Jeno había salido a hacer unas cosas y lo había dejado solo, no tuvo otra opción más que ponerse a ver una película.

Estaba tan concentrado que no escuchó cuando su novio llegó a la casa, solo se dio cuenta cuando lo vio entrar a la habitación con una caja en sus brazos.

—Hola bebé— dijo el pelinegro poniendo la caja en el escritorio.

—Hola, mi amor— dijo sin mirarlo.

—Oye, afuera estaba un chico y me entregó esta caja, dijo que es para tí.

—¿Que es?

—No sé, mi amor, está cerrada.

—¿Puedes ver que es? Por favor.

—Okey.

No escuchó nada más que el sonido de la cinta que cubría la caja al ser quitada. Jaemin estuvo pensando unos segundos en que podía ser eso, nadie le había dicho que le mandaba un regalo. A menos que...

El pelirosa saltó de la cama alarmando al cachorro, se acercó a su novio y tomó la caja mirando la etiqueta que tenía.

—Dios, no puede ser.

—¿Que pasó, mi amor?

—Nada, sal del cuarto— dijo sin ninguna explicación.

—¿Que?

—Necesito que salgas un momento— dijo alterado.

—Pero Jae...

—Pero nada, sal del cuarto.

—Okey.

El pelinegro se alejó y salió del cuarto dejándolo solo.

Jaemin terminó de abrir la caja y vio el contenido de esta, si su novio veía lo que estaba dentro, sería su fin.

Tomó la caja en sus brazos y caminó hacia la cama para luego guardarla debajo de esta.

Se sentó en la cama y miró al cachorro que también lo veía.

—No me juzgues, no hice nada malo— dijo Jaemin para luego tirarse a la cama.

Pasó un rato en el que estuvo pensando, había sacado a su novio de su propio cuarto sin ninguna explicación, seguro el pelinegro estaba enojado.

Se levantó de la cama y suspiró, caminó hacia la puerta y salió del cuarto.

Bajó las escaleras viendo al pelinegro acostado en el sillón con uno de sus brazos sobre sus ojos.
Se acercó lentamente a él y se sentó sobre su regazo. El mayor al sentir el peso sobre él, quitó su brazo de sus ojos y lo miró.

Your Eyes On Me - Nomin Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin