~Tenía los ojos café, su típica sonrisa y un carácter de mierda. Pero cuando estabamos juntos, esos ojos brillaban por mí, esa sonrisa me pertenecía, su carácter se iba a la mierda y para mí era lo más tierno que podía existir.~
• Lenguaje explicito...
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El pelirosa se encontraba acostado en la cama con la sábana de los pies a la cabeza. Hace un rato se había despertado, se había bañado y cambiado, cuando Jeno aún estaba domido.
Jeno estaba ahora tomando una ducha hace más de 15 minutos. No habían hablado sobre lo que había pasado el día anterior, Jaemin no se sentía nada bien para hablar de eso y el mayor lo comprendía.
Estaba metido en sus pensamientos hasta que escuchó la puerta del baño siendo abierta y segundos después fue cerrada.
No pasaron más de 5 minutos cuando sintió los brazos de su novio rodearlo.
—Buenos días, precioso— dijo el pelinegro acariciando su cintura por encima de la sábana.
Jaemin no respondió, solo destapó su cabeza, se dio la vuelta y abrazó más fuerte a su chico.
—¿Cómo estás?— volvió a decir el mayor.
—Déjame dormir— dijo Jaemin con un puchero.
—Pero si ya casi son las 11 de la mañana, vamos, bebé, no podemos quedarnos todo el día aquí— acarició el cabello del más pequeño.
—No quiero salir hoy ¿Puedes abrazarme todo el día?— lo miró con ojitos de cachorrito y un puchero.
El mayor soltó una risita y asintió— Está bien, mi amor, nos quedaremos aquí y te abrazaré todo el día. Haré todo lo que pida mi bebé.
Jaemin escondió su rostro en el cuello de su novio y lo abrazó aún más.
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Habían pasado algunas horas desde que decidieron quedarse en la cama, pero ya se estaba haciendo un poco difícil. El calor que hacía ese día los estaba matando, hace un rato se había ido la luz en el hotel, pero no querían salir para no encontrarse con Yang mi y Haneul.
Los dos habían dejado de abrazarse hace un buen rato, ahora solo se estaban tocando sus manos. Estaban casi desnudos para poder refrescar sus cuerpos pero era imposible.
