~Tenía los ojos café, su típica sonrisa y un carácter de mierda. Pero cuando estabamos juntos, esos ojos brillaban por mí, esa sonrisa me pertenecía, su carácter se iba a la mierda y para mí era lo más tierno que podía existir.~
• Lenguaje explicito...
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Jaemin entró a su salón, debía estudiar para un examen que tenía en unos días.
Sus compañeros estaban en el receso, en el salón no había nadie más que él.
Se sentó en su silla y dejó en la mesa la comida que había comprado, sacó sus libros y empezó a hojearlos mientras comía un panecillo.
—And when I try to forget you I remember the day I met you, of course it was the best for me. You were talking, there was a beautiful smile on your face and your gaze was deep, the kind that makes you fall in love— leyó Jaemin el texto en inglés.
—You were looking at me ¿Did you think I didn't notice? You were trying to make me laugh and it worked— Siguió leyendo mientras sonreía.
—I dreamed of you but I didn't think I was in love. I remembered you and in the end I missed you, it was something strange for me, it didn't happen very often. I looked for you and affirmed that I was beginning to love you. And so the days passed, long, incredible and wonderful with your presence, without a doubt I was in love— Jaemin se encontró pensando en ese idiota que invadía sus pensamientos todo el tiempo, quizás si estaba empezando a sentir cosas por Jeno.
—But one day the storm came and things had already changed. You were no longer the same, in you I noticed something different, something I didn't like. And you changed. You changed me. You told me that the time had come to forget, to follow our paths, that nothing was forever and that a special person had come into your life. You hurt me, I cried, and I went back to the old promise never to fall in love again. And now I try to forget you...— Suspiró al terminar de leer el texto, hizo un puchero mientras volvía a leer el último párrafo.
Tomó un trago de su juguito mientras leía otra vez el texto. Quizás eso le dejaba una enseñanza, debía tener cuidado a la hora de entregar su corazón, no quería salir lastimado.
Mordió su labio mientras pensaba en el pelinegro, ya se había acostumbrado a tenerlo en su mente todo el tiempo, no sabía por que ahora sentía tantas cosas por él, decía odiarlo pero eso no se comparaba con todo lo que sentía al verlo.
Estuvo tan concentrado en sus pensamientos que no se dió cuenta cuando alguien entró al salón. Solo se dió cuenta de su presencia cuando tocó su hombro haciendo que se sobresaltara.
Se dio la vuelta y vio al pelinegro, le dio un golpe en el brazo mientras lo miraba enojado.
—Imbécil, no me asustes así— dijo Jaemin mirándolo.
—¿Que tanto piensas? ¿Estabas pensando en mí?— preguntó el mayor con una sonrisa burlona.
Si...
—Ya quisieras— dijo Jaemin dándose la vuelta para seguir leyendo el texto.
El pelinegro se sentó delante de él y se dedicó a mirarlo.
