~Tenía los ojos café, su típica sonrisa y un carácter de mierda. Pero cuando estabamos juntos, esos ojos brillaban por mí, esa sonrisa me pertenecía, su carácter se iba a la mierda y para mí era lo más tierno que podía existir.~
• Lenguaje explicito...
No es lo que siento por ti, es lo que no siento por nadie más.
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Jeno estaba sentado en la silla de su escritorio con Jaemin en sus piernas, estaban besándose.
Hace unos minutos atrás el menor se encontraba estudiando, mientras el pelinegro estaba en la cama, pero de un momento a otro el mayor se acercó a él y lo empezó a besar, de ahí no habían parado.
Jeno empezó a bajar su mano desde la cintura hasta la entrepierna de Jaemin, pero se detuvo cuando su teléfono sonó.
El pelirosa hizo un puchero que fue besado por Jeno antes de contestar el teléfono.
—Hola Bro— dijo el pelinegro cuando contestó. ... —Bien ¿Y tú? ... —Me alegro. ... —Pues yo sí voy, pero no sé si Jae quiera— quitó su teléfono de su oreja.
—Amor ¿Tú vas a ir a la fiesta de Mark?— preguntó mirando al menor quién estaba acariciando sus bíceps.
—Tengo que estudiar.
Jeno volvió a acercar el teléfono a su oído— No bro, Jae va a estudiar. .... —Bueno, nos vemos allá. ... —Adiós.
Jeno dejó su teléfono en el escritorio y siguió besando al menor.
Pasaron minutos hasta que volvieron a ser interrumpidos por el teléfono del menor.
Jaemin se separó y volteó los ojos, tomó su teléfono y contestó.
—¡Por qué no vas a venir a la fiesta de Mark! ¿Es que acaso no me quieres?— Jaemin se alejó el teléfono de la oreja al escuchar el grito de su mejor amigo.
—Hyuck no grites, no voy por que tengo que estudiar.
—Puedes estudiar mañana, bebé, no me dejes solo, porfis— escuchó a su amigo suplicar.
—No vas a estar solo, Lele está contigo.
—Pero hace mucho no te veo ¿Acaso el imbécil de tu novio te secuestró?
—Hyuck, nos vimos ayer, y no, Jen no me ha secuestrado, simplemente no puedo ir.
—Si no vienes no te lo voy a perdonar.
—No seas dramático, Hyuck.
—Te lo digo de verdad, de paso dile a tu novio que lo odio y que no te merece.
—Si, yo le digo, hablamos después, te quiero.
—Yo no te quiero.
—Bueno, Hyuck, adiós.
El moreno colgó la llamada, Jaemin dejó el teléfono en el escritorio y siguió besando a su novio.
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