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No te vayas nunca de mi vida.

El pelirosa salió de la ducha y se dirigió hacia su mochila, había tomado una ducha bastante larga, había lavado su cabello y se aseguró de quedar totalmente limpio

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El pelirosa salió de la ducha y se dirigió hacia su mochila, había tomado una ducha bastante larga, había lavado su cabello y se aseguró de quedar totalmente limpio. Le gustaba oler bonito para su novio.

Cuando encontró su ropa se la puso y luego fue hacia el espejo para peinarse, cuando ya estaba por terminar vio a su novio entrar a la habitación y acostarse en la cama para luego mirar hacia el techo.

Dejó el cepillo a un lado y se dio la vuelta para empezar a caminar hacia el pelinegro, cuando estuvo cerca se subió a la cama y se metió entre sus piernas para luego acostarse en su pecho.

—¿Donde estabas, amor? Tardaste mucho— hizo un puchero.

Jeno soltó una risita y acarició el cabello rosado— No estaba haciendo nada, simplemente fui a caminar.

—Eso no te lo crees ni tú, dime la verdad— dijo mientras solo miraba con los ojos entrecerrados.

El mayor volvió a reír— Quiero mostrarte algo.

—¿Qué es?— preguntó mirándolo.

—Es sorpresa, pero aún no, debemos esperar un rato.

—Amor, sabes que tengo un amor-odio por las sorpresas.

—Lo sé, pero esto te va a encantar.

—Siempre dices lo mismo.

—Y siempre te encantan ¿O no?

—Bueno si, pero sabes que me molesta no saber a dónde me llevas.

—Pronto lo sabrás.

Jaemin rodó los ojos— Está bien.

El pelinegro sonrió y acarició su cabello antes de dejar un pequeño besito ahí, Jaemin levantó su cabeza y lo miró, por lo que Jeno se acercó un poquito más y le dio un beso corto en los labios. El menor se quedó con ganas de más y se acercó para empezar un beso lento pero bastante apasionado.

No supieron quien de las dos dio el segundo paso, pero sus lenguas empezaron a jugar entre ellas y sus manos acariciaron el cuerpo contrario. Las manos de Jeno lentamente fueron a parar hacia la espalda baja de Jaemin y cuando bajó las manos hacia el trasero Jaemin se alejó.

—Amor, espera.

—¿No quieres?— apartó sus manos y las volvió a llevar a la cintura delgada.

—Te dije que últimamente no tengo deseo sexual.

—Lo sé, pero pensé que tal vez empezando así, tranquilos, tal vez te dieran ganas.

Jaemin negó— Lo siento, no sé qué me está pasando.

—Quizás deberías ir a ver a un médico, eso es extraño.

—Si, es bastante extraño, nunca me había pasado.

Your Eyes On Me - Nomin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora