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Ojalá nunca dejes de mirame así.

Jaemin se encontraba en la cocina haciendo el desayuno

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Jaemin se encontraba en la cocina haciendo el desayuno.
Había dejado a Jeno durmiendo cuando salió del cuarto. No había ido a darle un beso de buenos días así que tal vez seguía dormido.

Una vez terminó, sirvió la comida en los platos y los puso en la mesa, lavó sus manos y las secó.
Salió de la cocina y fue hacia las escaleras, una vez estuvo arriba fue al cuarto de su novio.
Abrió la puerta y lo vio sentado en la silla de su escritorio mientras veía su computador.

El mayor lo miró y sonrió— Buenos días, mi amor.

Se acercó y se quedó parado frente a él— Pense que estabas dormido ¿Por qué no fuiste a darme un beso?— preguntó con un puchero.

—Me distraje un rato, mi amor, no hace mucho me desperté, pero ven, dame un beso— dijo mientras miraba la pantalla.

Jaemin lo miró sin quitar su puchero pero aún así se acercó a él.
Le dio un beso pero antes de que lo pensara Jeno se separó y miró la pantalla.

—Oye— dijo el menor indignado.

—Espera bebé, van a matarme.

El pelirosa miró la pantalla y se dió cuenta de lo que hacía su novio, desde que entró al cuarto no había mirado la laptop. Estaba jugando— ¿Por el juego no me das bien un beso?

—Dejame terminar y te doy todos los besos que quieras, mi amor.

Jaemin volteó los ojos— Ya está listo el desayuno, vamos a comer.

—Ve tu, amor, yo como cuando termine.

—Pero Jen...

—Solo un momento, bebé.

El menor se sentó en una silla al lado de Jeno y se dedicó a mirarlo por unos minutos.

—Jen, ya ha pasado un rato y tú sigues jugando— dijo Jaemin pasando sus brazos por el cuello de su novio, acercando su rostro al de él.

—Dame unos minutos más, mi amor.

Jaemin se quejó, le dio besos en la mejilla, le tocó el pecho y trató de levantarle la camisa.

—¿Que se supone que haces?— preguntó el mayor.

—No quiero que sigas jugando, prestame atención.

—Te estoy prestando atención.

—Pero yo quiero toda tu atención— dijo con un puchero.

—Un segundo, bebé— dijo sin dejar de mirar la pantalla.

Jaemin se alejó de él y se sentó correctamente en la silla.
Mientras lo miraba se le vino una idea la cabeza. Sonrió, mordió su labio y empezó a desabotonar la camisa que tenía puesta, era una de Jeno.

Your Eyes On Me - Nomin Where stories live. Discover now