Capitulo 29

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—Buenos días

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—Buenos días.—Saludo al entrar en la cocina.

Todos están ahí a excepción de la castaña, debe de seguir dormida, hoy no hay nada que hacer aquí. Solo esperar a que la tormenta pase para poder llegar a Santorini sin problemas.

Me siento en uno de los taburetes y tomo un vaso jugo de naranja junto a una tostada y un yogur de kiwi.

—Buenos días.—La castaña se hace presente en la habitación, al parecer no estaba dormida, estaba entrenando.

Es evidente ya que esta toda sudada y roja, pone una botella en el mesón y se sienta a la par de Jazmin.

—Saldremos de aquí a las seis treinta de la noche, según el pronóstico no tendremos problemas para volar.—Comunica antes de tomar un higo del tazón con frutas.

—¿En la noche?—Pregunta Gabriel y Isabella asiente.

—Es eso o salir mañana en la mañana y no podemos perder más tiempo por estas tonterías... Me muero del maldito calor.

—Obvio, si estas toda sudada.—Habla la pelirroja con cara de asco.

La castaña sonríe de manera malévola antes de abrazar a Jazmin.

—¡Que asco, Isabella!—La griega se carcajea antes de levantarse a buscar algo en la nevera.

Busca un vaso de yogur pero arruga la nariz de mal modo.

—Solo arándanos, genial Tayra.—Gruñe por lo bajo pero la logró escuchar.

—Bella.—Llamo su atención y le lanzo el yogur que se supone era mío y ella lo atrapa en el aire.

—Gracias.—Deja el de arándanos al lado de mi plato y asiento.

El resto del desayuno lo pasamos normal, entre comentarios tontos, algunas de nuestras misiones y de vez en cuando bromas de los gemelos.

El móvil de la castaña suena haciendo que todos guardemos silencio, pero Bella ni se molesta en contestar. Al contrario apaga el móvil y lo deja sobre la mesa.

—Cuando me llame al teléfono de casa juro que voy hasta allá y le corto los dedos.—Gruñe notoriamente molesta.

—Bella.—La llama Samuel y la castaña lo voltea a mirar.—¿Vivas aquí de pequeña?

—No... Bueno si, viví aquí hasta los dos, luego me mude a una casa que Massimo compró a las afueras de la ciudad.—Juguetea con su yogur.

—¿Pero siempre viviste en Grecia?

—Todo... Bueno hasta los seis viví aquí en Atenas, luego me tocó vivir en Italia junto con Rea... Pero unos meses después Massimo vino a Italia y me quede con el.—Comenta sin importancia.—Y luego me mude a Alemania.—Comenta fingiendo tranquilidad.

KILLER TIES.Where stories live. Discover now