Perfecta, es la palabra con la que todos describen a la coronel alemana más conocida del mundo, bueno frente a todos no está lejos de serlo.
Es valiente, inteligente y cuidadosa... Pero una misión desatará lo verdaderamente importante de ella, ¿Com...
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Dos días después.
—Mami conseguí flores.—Miro a Athena desde la ventana de la cocina.
Hace dos días volvimos a casa, papá me tenía loca con preguntas sobre el secuestro y si recordaba algo por lo que decidí volver a la casa. Necesitaba tiempo en paz y nada mejor que mi casa.
No traje más seguridad que a Isaac ya que tengo dos personas más que siempre están aquí y ni siquiera están en la casa, hay una pequeña casa para ellos a unos metros de la casa. Por lo que solo somos ella y yo, además de Cora y Pulgas.
—¡¿Quieres más flores mami?!—Grita desde afuera levantando el ramito de brezo.
—No, mi amor. Mejor ven a comer.—La veo desaparecer y continúo poniendo el mousse en la mesa.
Nos despertamos hace como treinta minutos y la verdad no tenía muchas ganas de cocinar y decidí preparar un mousse de fresas con frutos secos y unos rollitos de mermelada de uva.
—¿Y si vamos a comer afuera?—Se sostiene del borde de la mesa y se mueve de atrás hacia adelante.
—¿En el lago?
—No, en la mesita de afuera en el jardín.—Asiento y busco una bandeja para poner las cosas.
Toma la jarra con jugo y comienza a caminar con cuidado, ya la ha llevado otras veces por lo que no le digo nada y tomo la bandeja de comida para seguirla.
Nos sentamos en la mesa y ella toma un rollito.
—Oye, ayer vi unas invitaciones para tu fiesta.—Ladea la cabeza interesada.—Las van a traer mañana.
Comenta algo del vestido y de las decoraciones, la escucho parlotear y parlotear hasta que se cansa.
—Esto está frío.—Se queja.
—Pero no dejas de hablar y parlotear.—Esta por decir algo pero no lo logra porque terminamos bañadas con la jarra de jugo.
—La lechuza.—Dice separándose de la mesa y mirando su pijama manchado.
Hay una lechuza desde hace como un año, llegó de la nada y ya nos ha provocado varios accidentes. Una vez entró a la casa y tuvimos que llamar a Ryan para que la sacara.
—Solo venía a tomar fruta.—Comenta y me levanto para tomarla en brazos, entramos a la casa y subo directamente a la habitación para ducharnos.
Luego de salir del baño la visto con un vestidito rojo y una chaqueta negra, ella escoge el gorrito negro y le busco unos zapatos rojos. La dejo en la cama y busco un vestido tejido de color café y unas bailarinas blancas.
Le cepillo el cabello y se lo dejo suelto para ponerle la boina, ella sola busca ponerse su perfume y aprovecho para hacerme una coleta alta con dos mechones sueltos al frente. El sonido de los toques en la puerta me hacen voltear.