capítulo 59

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—¡Mami, arriba!—Me remuevo acomodando mi almohada en mi cabeza

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—¡Mami, arriba!—Me remuevo acomodando mi almohada en mi cabeza.—¡Mami, mi cumpleaños!

—Dieciocho de octubre.—Respondo medio dormida.

—¡Es hoy!—Estiro mi mano y la atraigo a mi.

Le rodeo con mis brazos y dejo en beso en su cabeza, se acomoda en mi más cerca mío.

—Feliz cumpleaños, mi corazón hermosa.—Le besuqueo la mejilla de manera impulsiva.

—Ya, ya... Me haces cosquillas.

La risa del ruso no se hace esperar, Iván le dice algo y la escucho reír mientras se separa de mi, no les escucho hablar más y me vuelvo a quedar dormida.

Cuando despierto los busco por la cama pero no están, me siento en la cama y les busco por la habitación. Están sentados en el sofá viendo una película en la televisión, les miro un rato sin moverme ya que tengo mucho sueño.

—Buenos días.—La niña se levanta y corre en mi dirección.
—Hola, tú.

—Hola mami, buenos días.—Me abraza.

—¿Qué quieres hacer hoy?—Se lo piensa y luego se para en la cama.

—¡Mis regalos!—Sonrío levantándome.

—Deben de estar abajo.—Chilla bajándose de la cama y Iván carga para que no corra.

—¡Apurale, corre, corre!—Bajamos rápido y si hay unas cajas abajo.

Los chicos ya están abajo y frunzo mi ceño al ver a Magnus y los demás Jones sentados en la sala, pensé que se iría apenas subí.

El ruso la baja y corre en dirección a Magnus. Por más molesta que esté con él me complace que esté aquí, lo nuestro no tiene que ver con la niña.

Todos los Jones nos miran raro y trato de ignorarlo, el ruso traía a la niña cargada cual si fuera su hija y la verdad no me importa lo que piensen.

—Hola.—El le abraza y me acerco a saludar a mi tío y al abuelo.

La abuela besa mi mejilla fugazmente y entra a la cocina junto con mi nana, Magnus toma mi una caja rosa y se la pasa. Hay un vestido rosa con alas de hada y unas zapatillas del mismo color del vestido, no pierde tiempo en pedir que se lo ponga y eso hago.

Suelto su cabello y comienza con los demás, hay desde muñecas, libros, vestidos, juguetes y Gabriel le dio unos juegos de Barbie y una caja con colitas de colores, Rea y Kailani le dieron libros para colorear y muchos plumones. El ruso se mantiene sentado en una esquina del sofá y yo me levanto para pasarle la caja azul a la niña.

—Es una gran caja.—Habla Samuel y asiento.—Va a opacar mis barbies.

—Va a opacar el de todos.—Me mofo mientras abre la caja.

KILLER TIES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora