Perfecta, es la palabra con la que todos describen a la coronel alemana más conocida del mundo, bueno frente a todos no está lejos de serlo.
Es valiente, inteligente y cuidadosa... Pero una misión desatará lo verdaderamente importante de ella, ¿Com...
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Hoy no estoy de buen humor y todos se han empeñado en joderme la vida, solo llevo dos jodidas horas despierta y la única persona que no me causa estrés es Athena además aún está durmiendo.
Estamos desayunando junto con los Ivanova que llegaron hace una hora a casa, desde que llegaron tengo la intención de hablar con Laisy pero como no estoy de humor prefiero hablarlo en la tarde.
—Yo creo que no está bien, ¿Tú qué crees, Bella?—Llevo mi vista a Jazmín y frunzo mi ceño.
—Si.—Respondo vagamente mientras sigo con mi comida.
—¿Si?
—¿Qué me preguntaste?—Vuelvo a centrar mi vista en ella.
—¿Que piensas de las pruebas a los niños de quince?
—Da igual, con dar mi opinión no van a cambiar las reglas.—Me encojo de hombros y sigo comiendo.
—Por ella les pondría más.—Habla Omar con la boca llena.
—Cierra la maldita boca o traga antes de hablar, llevo casi catorce años diciéndote lo mismo, por Dios.—Suelto casi al borde del colapso.—Con permiso.
Me levanto de la mesa de golpe y de inmediato me arrepiento, hay amanecí con dolor en todo el cuerpo, sin hablar de los grandes hematomas en la mayoría de el. Tuve que ponerme un pijama que me cubriera toda porque no soportaba ni verme los brazos.
Busco los analgésicos y me tomo un poco más de la dosis que me mandó el médico, ya probé con la dosis recetada y no funcionó mucho papá me reprende pero no le pongo atención. Me dirijo a la sala donde Nicole y Black vienen entrando ya me traen una hoja.
—Ya están todos.—Habla Nicole.
—Perfecto, fueron rápidos.—Comento mirando la hoja.
—Obvio.—Niego divertida.
—Llama a Matthew, que vengan a la hora de almuerzo.
—Está bien, ¿Algo más?
—¿Tienes la evidencia?
—Ajá, pero no creo que estés...
—Vamos mañana.—Me mira mal.—Deja de lloriquear, mujer.
—¿No deberías de caminar con apoyo?—Niego.
—No planeo tener a alguien ayudándome en todo, me da ansiedad.—Comento sentándome en el sofá.
Es la fiesta del jardín por las tardes cuando el sol comienza a declinar y las flores que son perezosas no se pueden despertar.
Los narcisos visten siempre de gala, las violetas vienen de postín, lirios tigre y dientes de león vienen juntos al jardín.
