POV: Iván.

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La veo desde el portal de la cocina sin decirle nada, no tiene sueño y la verdad tampoco la quiero dejar sola

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La veo desde el portal de la cocina sin decirle nada, no tiene sueño y la verdad tampoco la quiero dejar sola. En unas horas no podré verle hasta la ceremonia y no me gusta la idea. 

—¿Quieres?—Niego mirando su "Obra maestra"

Tiene un tazón de deditos de pollo y otro de helado de choco-menta y fresa con galleta Oreo, parece feliz con su elección de comida a las dos de la mañana.

Sumerge el pollo en el helado y se lo lleva a la boca, se detiene y me tiende el trozo.

—¿Seguro que no quieres?

—Quiero mantener mi salud estomacal para la boda.

—¿Quieres decir que me dolerá el estómago?

—No digo que te duela a ti, si no a mi.—Explico divertido.

—Pero, si te duele a ti, me puede doler a mi.—Le abrazo por la espalda.

Se voltea y me abraza, recuesta su cabeza en mi pecho. Está sumamente hermosa, siempre lo ha sido pero hoy se tomó toda la mañana en el salón de belleza.

Su cabello tiene unas de esas hondas semipermanentes, se hizo las uñas. Son blancas con rosa con detalles de piedras. Se ven muy bien, me gusta verle tan feliz.

—¿Te cuento un secreto?—Asiento besando su frente.
—Mamá está en la casa de papá.—Dice en tono divertido.

—¿Cómo sabes?

—Le vi entrar.—Dice simple.

—Deben de estar hablando algo.—Bufa.

—Claro, y tú y yo no follamos. Se la está tirando, Iván... aún se quieren.

—¿Cómo estás tan segura?—Se encoge de hombros.

—Solo lo sé, ¿Quieres caminar? Aún no tengo sueño.

—Claro.—Le paso su abrigo del perchero y salimos.

Su barriga creció más estas semanas y no me canso de verle nunca, está más hermosa que nunca. Sus pechos y caderas se han pronunciado aún más, su cabello tomó cierto brillo y sedosidad que antes no tenía y su piel ha tomado más suavidad.

Su apetito ha aumentado las últimas semanas, las náuseas han sido abismales y trato de ayudarle en ello. He descubierto que mi perfume la casa cierto efecto calmante en ellas, por lo que trato de estar cerca cuando sus náuseas se presentan.

Me toma de la mano para tirar de mi, mientras vamos por el jardin. Se detiene de golpe y señala de golpe el cielo, da pequeños saltitos señalando.

—¡Mira, mira!—Miro donde me señala.

Frunzo mi ceño mirando al cielo, hay un destello rosa y verde adornando el cielo.

—Es imposible que se vean aqui, en Berlín es poco común verlas tan vivas.—Digo mientras le veo acostarse en medio del césped a mirar al cielo.

Sigo sus pasos y me acuesto a su lado, busca acomodar si cabeza sobre mi brazo extendido y le ayudo a acomodarse.

—Puede ser por una tormenta solar, si el índice Kp alcanzó un valor alto se podrían ver asi.—Explica feliz.

—¿Cuánto calculas?

—¿De Kp?—Asiento y frunce su entrecejo.—No lo sé, ¿cerca de los cinco mil seiscientos? Tal vez más.

—¿Cómo lo puedes saber?

—Por el color tan intenso que tienen, si el índice es alto el color también lo será. Pero, si no, serán opacas y ligeras.

Aún me sigue sorprendiendo el nivel de conocimiento que tiene, creo haberla escuchado hablar de tantos temas y ser tan específica en todos ellos que es simplemente fascinante verle hablar. Podría escucharle todo el día y noche que no me cansaría de hacerlo.

—¿No te gustaría ir a Alaska algún dia?—Cambia de tema.

—Sería interesante.

—Yo fui una vez, para una misión alli.—Habla sin mirarme.
—No tuvimos tiempo de apreciar mucha las auroras pero si iluminaron bastante la noche, fue lindo.

Hago una nota mental y subrayo el llevarla a allí en algún momento.

—Tal vez mañana no se vean más... es una lastima.

—¿Dónde has estado?

—¿De qué o qué?—Me río por la forma de su pregunta.

—En misiones.

—oh... Rusia, Estados, Grecia, Italia, Afganistán, África, Nigeria, Ucrania, Alaska... no lo se, han sido tantos.

Hablamos por casi una hora más hasta que está lo suficientemente cansada para subir a dormir, no tarda mucho en hacerlo pero me quedo despierto mirándola dormir. Luce tan tranquila a comparación de las primeras noches que pasamos juntos.

Sus pesadillas han desaparecido por ahora y la verdad espero que se mantenga así, sin ellas duerme tan pacíficamente que odiaría que algo le moleste el sueño. Los niños no han hecho ademanes de levantarse en toda la noche, tienen sus habitaciones separadas pero Athena amanece siempre dormida en la habitación de Iker.
❃❃❃❃

—Iván... Iván.—Me remuevo tomándola de la cintura y pegándola a mi.

Aún no es hora de levantarnos, es hora de segur durmiendo.

—Iván, tengo náuseas.—Me levanto rápido y la acompaño al baño.

Se sienta en la alfombra del baño y le sobo la espalda mientras vomita, hemos intentado disminuirlas pero nada parece funcionar. Ya cambiamos la despensa para tener alimentos más ligeros, solo cuando tiene algún antojo compramos algo diferente.

—Cielo, lo mejor será que tomes las pastilla.—Tomo su cabello para que no le moleste.

Cuando acaba baja la tapa y tira de la cadena, se lava la boca y las manos.

—No quiero beber nada, sé que son inofensivas pero puedo con esto.—Volvemos a la cama.

—No es necesario.

—Estoy bien, si no lo soporto prometo aceptarlas... no quiero beber nada.—Le abrazo acurrucándola en mi pecho.

No le insisto más, sé que ella sabe cómo manejar su cuerpo pero no me gusta el hecho de que se la pase con náuseas. Llevo mis manos a su vientre y lo acaricio, suspira tranquila y sonrío.

Tiene dieciséis semanas, aún no se sienten los bebés pero pronto se podrá, cuando eso pase creo que me volveré loco. Acordamos no saber el sexo hasta que nazcan pero creo que me estoy arrepintiendo de ello, la habitación está decorada de blanco aún ya que no sabemos el seco.

Vamos a optar por tonos amarillos o violetas para no poner un color específico.

—Vamos a dormir, ya casi es hora de levantarnos.—Dice y asiento.

Nos acomodamos para dormir y no tardamos mucho en ello.

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Holaaa esto no es un capítulo,es un pequeño POV de mi ruso guapote.

El cap se sube en un ratitito, las amo, mis sádicas insolentes.

KILLER TIES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora