capitulo 69

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—¿Podemos poner tela que estire?—Miro a Ana de mala gana

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—¿Podemos poner tela que estire?—Miro a Ana de mala gana.

Ya estoy cansada, me duele la cabeza, tengo hambre, ganas de hacer pis, sueño y me duelen los pies. Ya quiero volver a la casa, pero no, estoy aquí sentada viéndole como intenta acomodar la tela del vestido frente a mi.

—Ese tampoco me gusta, ¿podemos ver otro?

—Dios, Isabella. Eres la peor clienta que he tenido en años.—Bufa y le miro mal.

—Te voy a pagar muy bien, vamos.—Rueda los ojos y seguimos buscando.

Esto de el jodido vestido de novia me trae estresada, no he logrado ver un estilo que me guste. Pasamos por toda la tienda y nada me gusta, llegamos a una zona donde encuentro un vestido largo con muchas flores adornando la falda.

La parte de arriba tiene mucha pedrería que termina en un acabado que se junta con una tela transparente, que da un acabado transparente haciendo que las piedras parezcan pegadas al cuerpo. Trae un velo realmente largo y bonito, más no me gusta la Corona que trae.

—¿Esa Corona se puede cambiar?

—Si, el tocado lo puedes elegir tú.—Asiento tocando la tela.

Es ligera por lo que el peso no sería un problema, este me gusta.

—Quiero este.

—Bien, vamos a sacar las medidas. Para evitar que estas cositas nos saquen un susto el día de la boda, vamos a hacer las medidas un poco más grandes.

—Crecen rápido.—Informo divertida.

—Si, recuerdo cuando estaba embarazada de las mellizas... podremos sacar las medidas sin problemas pero igual haremos retoques el dia antes.

—Perfecto.—Sacamos las medidas en poco tiempo y me concentro en los zapatos.

Con ellos no tuve problema, me gustaron desde que los vi, escogí unos tacones de un material transparente, están adornados con enredaderas, mariposas doradas y algunas rosas pequeñas.

Para el tocado y la joyería encontré una tiara con pequeñas flores y mariposas, el collar y los pendientes van a juego con la tiara lo que termina de ahorrarme tiempo.

Cuando acabo con Ana debo de ir a ver como van con la decoración de las salas donde será la boda. Papá pagó por el servicio del Neuschwanstein y tengo que ver cuáles salas quiero para la recepción.

Papá y Iván me esperan en el aeródromo para ir, son varias horas de Berlín a allá en auto por lo que decidimos acortar el tiempo en avión. Cuando llego saludo a papá, Sol y a Rea.

—¿Tú que hacen aquí?

—Yo las traje.—Miro al ruso quien me ignora y deja un beso en mi frente.—Sube, hay que llegar rápido.

KILLER TIES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora