capítulo 64

45 6 2
                                    

⚠️🔞⚠️

—Muy buenas noches, mi adorado huésped, ¿te han tratado bien?—Tayler se ríe a mi lado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


—Muy buenas noches, mi adorado huésped, ¿te han tratado bien?—Tayler se ríe a mi lado.

—Lo he tratado con todo el cariño del mundo.

—¿Confías en el luego de su traición?

—No confío en él, solo lo utilizo. —Tayler rueda los ojos.—Volviendo a lo importante, espero que... Y dale con el móvil.—Contesto sin mirar quien es.

Ya sé de quién se trata.

—¿Si diga?

¿Dónde putas te metiste?

—No me grites.—Digo de mala gana.

Claro, salgo de ducharme y ya no estás en la jodida casa, ¿no entendiste que debes reposar?

—Estoy bien, estoy en la central. —Tomo el cuchillo de la mesa y lo muevo en mi mano.

Voy para allá.

—Como quieras, ¿me traes fruta?

Agradece que... Ya voy.—Cuelgo viendo a Gustavo.

Tomo el cuchillo y lo paso por su torso dejando el pequeño hilo de sangre escurrir, es un masoquista que disfruta su propio dolor por lo que no se inmuta. Vamos a ver cuanto dolor puede soportar.

—¿Sabias que en la edad media eran muy sádicos y sanguinarios?—Vuelvo a pasar el cuchillo cerca de la "v" de su torso.—Es divertido, creo que yo hubiera sido feliz en esa época, ¿te imaginas? Yo por ahí cortando cabezas y empalando personas...

—No le temo a algo que yo cree.

—Creaste un puto monstruo y ahora tu misma creación va a ser tu verdugo, debiste escoger a otra de nosotras para ese trabajo.

—Ninguna me servía.—Clavo el cuchillo en su brazo y le doy vuelta dentro de la carne.

Deja salir un quejido y sonrío de forma complaciente, paso cerca de diez minutos en ese juego de clavar y mover en su carme. La sangre corre por sus brazos y piernas.

—Maldita puta, tan siquiera eres capaz de matarme.—Mi mano se dirije a la suya la cual está amarrada a la silla.

Le hago una seña a Tayler y me trae una tenaza, tomo la herramienta y sin pensarlo arranco una de sus uñas.

—Fueron cinco años, cinco años trabajando en ese maldito burdel como una prostituta barata, nos torturaste, me torturaste tanto tiempo.—Arranco otra haciéndolo gritar.— No hay palabras para decirte lo mucho que deseo pasearme por todo el jodido mundo con tu cabeza en mis manos, pero primero quiero dejarte moribundo.—Arranco otra disfrutando se su dolor.

KILLER TIES.Where stories live. Discover now