Extra II Promise Parte I

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No hagas nunca una promesa a menos que estés preparada para cumplirla.− "El último adiós" (2015), Kate Morton.


Una suave sonrisa se dibujó en su rostro cuando finalmente pudo divisar la enorme escalinata del clan Gusu Lan y no pudo evitar que el sentimiento de nostalgia lo inundara por completo.

Había pasado un año y tres meses desde que decidió irse del clan que lo crio, desde que comenzó su viaje para encontrarse así mismo y volverse una mejor persona, una que pudiera tomar las decisiones correctas y no errar en el camino.

Finalmente estaba en casa y no podía evitar sentir que había pasado un siglo desde que decidió partir. Sabía que las cosas habían cambiado, las constantes cartas que su padre omega le enviaba se lo recordaban y aunque el temor de enfrentarse a cambios mayores lo abrumaba, había decidido regresar y afrontarlos.

Solo esperaba que los sentimientos de cierta persona que añoraba diariamente no hubiesen cambiado con la distancia.

− ¿Nervioso? − pregunto Wen Qing al notar el inusual silencio por parte de su joven sobrino.

− No − respondió sin vacilación − solo es...

− ¿Difícil de asimilar el regreso? − pregunto con una suave sonrisa.

Sizhui asintió.

− Ha pasado tanto tiempo que... La nostalgia me hace sentir así, es todo.

− Entiendo el sentimiento, es difícil asimilar que ha pasado más de un año desde que nos fuimos.

Sizhui sonrió suavemente.

Nunca se arrepentiría del viaje que había hecho, exploro lugares que nunca antes había conocido, aprendió de su tía Wen Qing las artes de la curación e incluso fue testigo de técnicas que nunca había leído en libros, razón por la cual pudo constatar por que llamaban a su tía la mejor medico en el mundo de la cultivación.

Conoció nuevas personas, hizo nuevos amigos y declino propuestas matrimoniales de jovencitas que agradecidas por salvarlas se le habían confesado, algo que aun hoy en día lo avergonzaba, sobre todo por las pequeñas burlas que su tía Wen Qing hacia sobre ese hecho.

Pudo cruzar espadas con jóvenes maestros de otros clanes.

Fue testigo de actos llenos de bondad pero también, de actos viles hacia otras personas.

Conoció la forma en como trataban a los omegas en regiones aisladas y lejos de la mirada de los grandes clanes. Donde eran tratados como objetos e ignorando la vinculación por afecto, los alfas los marcaban con horribles cicatrices en su cuello hechos con sus dientes para que ya no fueran elegibles para otros alfas y se quedaran con ellos aunque el omega no los amaran.

Dándose cuenta que había cosas en el mundo que desconocía y le hizo sentirse impotente al no poder hacer nada por ayudarlos pero que, al mismo tiempo, reafirmo su decisión de ser mejor persona y, a su vez, un mejor alfa para su futuro omega.

− Es mejor que subas − le indico Wen Qing − estoy seguro que muchos en el clan Lan se alegraran de verte.

− Tía...

− No te preocupes por nosotros − respondió − A− Ning y yo estaremos en la cabaña, puedes venir a visitarnos las veces que desees hacerlo.

− Lo sé, en cuanto me instale hablare con mi padre respecto a la situación de ambos...

− A−Yuan, ya hablamos de ello − Lo interrumpió − agradezco tu preocupación pero, dudo mucho que el mundo de la cultivación acepte que un cadáver feroz atienda a personas heridas.

Lazos de Sangre |Completo|En Edición|Where stories live. Discover now