Capitulo XXXIV

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"Nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro".- Aldous Huxley.

Una sonrisa de medio lado floreció en el rostro de Li Yeni, quien se divertía al ver el rostro pasmado del omega.

- ¿Qué sucede patriarca Yiling? - le pregunto con diversión - ¿acaso le comieron la lengua los ratones?

Wei Wuxian la regreso a ver aun sin poder salir del shock inicial.

- Ella... ¿Cómo es posible que ella...? - Dirigiendo su vista nuevamente a la figura de su vieja amiga - se supone que está muerta... Convertida en cenizas...

Li Yeni soltó una ligera risa por el comentario hecho por el omega.

- ¿De verdad creíste que Jin Guangshan dejaría que alguien tan valioso como ella muriera? - tomando un mechón del cabello del cadáver feroz a lado suyo - Sí no fue capaz de destruir al general fantasma con la esperanza de poder controlarlo, ¿Qué te hizo creer que mataría a su hermana?

Wei Wuxian no pudo replicar aquellas palabras, conocía la ambición del difunto líder del clan Jin y las ansias que este poseía por poner sus manos sobre el sello del tigre estigio. Era cierto que nunca imagino que Wen Ning siguiera existiendo, no después de que divulgaran los rumores de su destrucción pero, ahora que lo pensaba, realmente había sido muy tonto al pensar que Wen Qing estuviera muerta, aun cuando todos confirmaron haberle visto convertirse en cenizas.

Lo cual hacia cuestionarse, ¿Cómo logro Jin Guangshan ocultarla si se ponía que todos los clanes fueron testigos de su muerte?

- ¿Cómo?

- ...

- ¿Cómo fue que Jin Guangshan...?

- El engaño y la manipulación era el fuerte de ese viejo degenerado, con sus conexiones era fácil encontrar a un sustituto que fuera mínimamente parecido a ella, vestirle como una Wen y quemarle enfrente de todos esos líderes de secta.

- ...

- La compadezco - dijo con fingida tristeza - tener que vivir los últimos momentos de su vida a manos de ese viejo, quien sabe que otras "cosas" no le obligo a hacer.

El omega aparto la vista, intentando no imaginar lo que aquella mujer insinuaba con sus palabras.

"Wen Qing... Lo lamento, si tan solo hubiese sabido que seguías existiendo... Si hace años lo hubiese sabido quizás..."

Wei Wuxian apretó sus manos con fuerza y tuvo que reprimir aquel sentimiento de culpa. Recriminándose una y otra vez por no poder ayudarla antes de que aquella mujer se hiciera con su vieja amiga.

- ¿Dónde?

Li Yeni sonrio.

- Como te mencione, Meng Yao la mantuvo oculta en una mazmorra de bajo de Torre Koi, más específicamente en la más profunda de ellas... Obviamente esa mazmorra estuvo vacía a ojos de los demás pero, tenía un pasadizo secreto por lo que, nadie se acercaba ahí a menos que enviaran prisioneros u hombres con crímenes cuyo destino era la muerte... Por eso nadie supo nunca acerca de ese pasadizo.

- ...

- Cuando lo descubrieron la trasladaron cerca de la provincia donde vivíamos así que... - solo se encogió de hombros - solo tuve que comenzar a trabajar y aquí la tienes.

"Y pensar que estuvo encerraba bajo mis propias narices y nunca lo supe... Incluso Meng Yao me utilizo de cortina cuando descubrieron todo para trasladarla a otro lugar" pensó dibujando una triste sonrisa.

Lazos de Sangre |Completo|En Edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora