Capitulo XXII Especial Flor de Narciso Parte I

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"Los recuerdos no pueblan nuestra soledad, como suele decirse; antes al contrario, la hacen más profunda".-Gustave Flaubert


Cuando era pequeño, Li Wang siempre deseo saber cómo era el clan de su padre. Eran pocas las veces en las cuales solía verlo ya que, según las palabras de su madre, provenía de una prominente secta en donde se desempeñaba como su líder, razón por la que no tenía mucho tiempo para poder visitarlo y estar con el más que uno o dos días cuanto mucho.

Es por esa razón que, cuando su madre murió, decidió empacar algunas de sus pertenencias y partir hacia Torre Koi después de todo, ese había sido el trato que sus padres habían hecho antes de morir. Que solo podría ir al clan Jin cuando ambos faltaran y sus maestros consideraban que su nivel de cultivo era lo suficientemente alto como aspirar a ser parte del mismo.

– ¿Estás seguro de esto? – le pregunto Ran ran, una Beta algo mayor que había fungido como su nana desde que era muy pequeño y, aun con la muerte de su madre, se había quedado a su lado.

– Sí – girándose un poco para visualizar la figura de la mujer mayor y dedicarle una suave sonrisa – debo irme y cumplir el pacto que mis padres hicieron antes de morir.

– Pero joven amo si usted falta ¿Quién se hará cargo de estas tierras? – le pregunto la mujer con algo de angustia – su madre acaba de morir y, al no tener algún familiar cercano, es el único que puede hacerse cargo de las mismas.

– Ran ran – tomando con cuidado sus manos entre las suyas – no debes preocuparte por eso, ya he hablado con mi maestro y con el viejo Huang Yu, ambos se encargaran de todo mientras no estoy.

– Pero, joven amo...

– Todo estará bien – le dijo soltando sus manos para alejarse y caminar hacia uno de los muebles, sacando las ultimas cosas que llevaría consigo.

Al voltear noto a Ran Ran sacando sus manos del bolso y le dedico una sonrisa nerviosa.

– ¿Que sucede?

– Metí una frazada – respondió apresuradamente - no quiero que te resfríes, hace algo de frio por las noches – dijo metiendo nuevamente su mano en el bolso y mostrándosela.

Li solo sonrió, se acercó al bolso para meter lo que faltaba, cerrándolo un segundo después para tomarlo con una mano y comenzar a caminar fuera de su habitación.

La vieja Ran ran soltó un largo suspiro y camino tras su joven amo.

Lentamente ambos bajaron la enrome escalinata que conducía al primer piso, donde todos los trabajadores de la villa –Betas en su totalidad– esperaban a su joven amo en la entrada de la misma.

Algunas jóvenes de la servidumbre lloraban y suspiraban por lo bajo, otros trabajadores simplemente tenían un semblante triste en sus rostros con la cabeza agachada. Todos ellos tratando de ocultar en vano la enorme tristeza que les embargaba por tener que ver partir a su amo.

– ¡Hey! – Les hablo Wang – ¿Por qué esas caras largas? – sonriéndoles suavemente – tal pareciera que estuviera muriéndome, solo me voy a ir por unos días a lo mucho unos cuantos meses.

– Lo sabemos joven amo – respondió uno de los trabajadores – pero el simple hecho de que se vaya... Nos es difícil hacernos a la idea de no verle más.

Li Wang sonrió sutilmente.

Aquellos hombres y mujeres que trabajaban en la villa siempre estuvieron a su lado. Desde que tenía uso de razón, cada uno de ellos formaba parte de su memoria. Recordaba los días de cosecha donde les ayudaba a recolectar los vegetales que finalmente habían crecido tras muchos meses de siembra y riego. Los días de diversión donde ordeñaban a las vacas y a alguno se le caían los enormes jarrones de leche.

Lazos de Sangre |Completo|En Edición|Where stories live. Discover now