Lazos de Sangre |Completo|En Edición|

Capitulo XXIV

"No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.– Albert Einstein"

Dos meses y medio después...

Con cuidado analizaba su reflejo en el espejo.

Las blancas túnicas del clan Gusu Lan son las que ahora se ciñen sobre su cuerpo y no el característico amarillo con el que había crecido. Decir que extrañaba portar sus colores natales era poco, ya que constantemente soñaba con aquellos momentos en los que lo respetaban por ser el hijo de Jin Zuxian y su amada esposa Jiang Yanli, y recorría los pasillos de su clan con la frente en alto mientras su túnica combinaba con el color del mismo.

Haber vivido dos meses y medio en Gusu Lan no cambiaba ese sentimiento, aun cuando los demás trataban de ser corteses y tratarlo lo mejor posible, el recuerdo de su vida como Jin Rulan, el líder del clan Jin, seguía marcado en su memoria.

No negaba que el clan Lan era justo, noble y muy refinado. Nunca escucho un mal comentario por parte de los demás al contrario, lo respetaban más de lo que hubiese esperado a su llegada pero, él no era de ese lugar y dudaba algún día acostumbrarse.

– Desearía estar en casa – susurro sin apartar su vista del reflejo – ¿Por qué tuvo que pasarme esto?

Dos suaves golpes en la puerta le interrumpieron, haciendo que se apartara del espejo.

– ¿Quién es? – pregunto sin un ápice de ánimo en su voz.

– Soy yo... Sizhui.

Aquella voz hizo que su corazón latiera un poco más rápido de lo normal, regresando a verse al espejo una vez más para arreglar cualquier desperfecto antes de indicarle que podía pasar.

La puerta corrediza se abrió y la figura de Sizhui se hizo presente, saludándole con una reverencia, acompañada por su usual sonrisa.

– Buenos días – dijo Sizhui sin dejar de sonreír.

– Buenos días – respondió Jin Ling con algo de timidez.

– Veo que finalmente terminaron las túnicas – recorriendo rápidamente la figura de Jin Ling con los ojos – te quedan muy bien.

Jin Ling se sonrojo ligeramente por el comentario.

Aun cuando había dicho que no era necesario que le hicieran túnicas nuevas – ya que no pensaba quedarse toda su vida en el clan Lan – Zewu–Jun insistido, que si bien no era discípulo del clan Lan, debía portar las túnicas del mismo, ya que era el hijo de su hermano Wangji – aunque esto último lo había interpretado como hijastro por matrimonio – y usarlas le daba el estatus que como tal merecía, independientemente si decidía regresar a Torre Koi.

Al principio dudaba en si se veía bien con ellas, ya que siempre pensó que el blanco no era un color que todos podían usar y verse bien con el mismo pero, que Sizhui lo elogiara... Le hacía pensar que tal vez había errado respecto a ese pensamiento.

– Mmm... Gracias – dice regresándole a ver – ¿Necesitas algo? – Pregunto cambiando el tema para ocultar su vergüenza – No es muy usual que vengas a verme y menos a una hora tan temprana.

Sizhui hizo un gesto que demostraba que recordó lo que realmente lo había traído en primer lugar.

– Zewu–Jun solicita tu presencia en su despacho.

– ¿Ahora? – Pregunto con algo de intriga – Mis clases están por comenzar – recordando todas las clases que le habían hecho tomar por ser el hijastro de Hanguang–Jun.