Si las estrellas fueran eternas #1

⚠Capítulo 27

"Do Not Enter" is written on the doorway

Why can't everyone just go away?

Except you

You can stay

-Alex G

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—Lo siento mucho.—Digo hablando más rápido de lo que me gustaría nada más entrar a la habitación.—Sé que me he comportado como un imbécil y que solo la he jodido, pero es que... tenía miedo de perderte y reaccioné así de mal y... perdón.—Casi se me traba la lengua, estoy hablando de más, creo.

—Egan, ¿pero qué dices? Si he sido yo quién lo ha jodido.—Dice con un hilo de voz.—Soy yo quién debe disculparse...

Sus ojos están rojos, noto en su tono de voz que se está aguantando las ganas de llorar. Me siento junto a él en su cama, ahora intentando mantenerme lo más calmado posible.

—A partir de ahora prometo que intentaré ayudarte... ¿bien? Bueno, que intentaré no perder tanto los nervios.—Niega con la cabeza manteniendo su mirada baja.—¿Hay algo que pueda hacer ahora para ayudarte?—Susurro.

—Solo abrázame...—Dice antes de que se le rompa la voz y noto como las lágrimas vuelvan a brotar de sus ojos.

Y eso hago, le rodeo con mis brazos sintiendo como algo en mi interior se quiebra. No sé ni de dónde saco las fuerzas para no echarme a llorar con él.

—He vuelto a cortarme...—Confiesa entre sollozos.

—No pasa nada... Bueno, en realidad si, pero lo importante es que no te haya pasado nada malo.—Tengo un nudo en la garganta.

—Creía que está vez iba a poder mejorar...

—No va a ser fácil, ni rápido, pero podrás hacerlo.

—¿Pero a que costo?

—Daniel.—Digo deshaciendo el abrazo y mirándole directamente a los ojos llenos de lágrimas.—Rendirse no es una opción. Mientras estés vivo aún se puede mejorar.

—Pero tengo miedo...

—Yo también.—Le sonrío.—Todos tenemos miedo, y es normal, por qué asusta, vivir asusta. Pero es mil veces mejor vivir con miedo que morir con cobardía. Aunque estés jodidamente aterrado debes seguir hacia adelante.

No contesta, se queda en silencio con la mirada perdida.

—De veras que lo siento...—Repite una vez más.—No quiero que hacerme daño a mi te haga daño también a ti...

—Debes dejar de hacerte daño, pero debes hacerlo por ti, no por ninguna otra persona.

—Eso es complicado... Solo me siento relativamente bien desde que tú has entrado en mi vida.

—Daniel, hay una cosa que necesito que tengas muy clara. No quiero ser la razón por la que vivas, quiero ayudarte a darte cuenta de que la razón eres tú.

—En ese caso te deseo suerte.—Contesta irónicamente.

—Podrás con esto, ¿vale?—Le acaricio el torso de la mano.

—¿Y tú?—Dice cambiando de tono repentinamente.—¿Qué hay de ti?

—¿En qué sentido?—Frunzo el ceño.

—Tampoco estás como para lanzar cohetes... Cuando alguien roto intenta arreglar a otro solo consigue quebrarse del todo.

Esas palabras me dan para pensar, después de unos instantes en silencio decido que contestar.