Capítulo 45

27 1 0
                                    

"I would never fall in love again until I found her"
I said, "I would never fall unless it's you I fall into"
I was lost within the darkness, but then I found her
I found you

-Stephen Sanchez

*******************************

—Madre mía... No sabía que tu casa era tan enorme...—Pienso en voz alta adentrándome en los amplios pasillos de la casa de Daniel.

Las paredes son blancas, hay muchas ventanas, el amplio ambiente se ve increíblemente grande y moderno. Es como una mansión de las que salen por la televisión, solo que no tan descomunal.

Me detengo a mirar una gran pintura que hay colgada en la pared del comedor. Se puede ver una especie de rostro femenino pecado con algunos símbolos de fondo, su gama de colores tiene un aire mágico que atrae inevitablemente.

—Es increíble...—Pienso en voz alta.

—Lo hizo mi madre hace algunos años.—Se encoge de hombros.

Veo que lo de artista le viene de familia.

—Ven, puedes dejar la mochila en mi cuarto.

Su habitación es tan enorme como el resto de la casa. Las paredes están llenas de postres de grupos de música y diferentes cosas que no llego a reconocer. Hay un armario enorme en el cual posiblemente únicamente haya ropa negra u oscura. También hay mucho material artístico, más que el que tiene en la residencia.

—Joder Daniel, tu casa es brutal.

—No está mal, ya que mis padres se pasan la vida arriba y abajo trabajando no hace falta menos.


Me deslizo alrededor del pasillo, incluso puedo imaginar a Leyre haciendo lo mismo. El suelo es tan reluciente que caminar con calcetines sobre él es como patinar sobre hielo.

—¿Qué se supone que estás haciendo?—Ríe Daniel a mi lado.

—¿Te crees que lo sé?—Le contesto irónicamente.

—Vas a resbalarte.

—No te pongas modo madre conmigo.—Pone los ojos en blanco.

—Yo solo te advierto.—Pone los ojos en blanco.—Te lo digo por experiencia, me he metido hostias monumentales aquí.

Y a pesar de su advertencia en una de mis patinadas pierdo el equilibrio, no me meto una hostia monumental gracias a que Daniel me agarra por las caderas.

—Te lo dije.—Ríe.

No puedo aguantar la risa. No sé por qué, me siento extrañamente feliz. Aprovecho que me esté agarrando por las caderas para abrazarle por encima de los hombros.

—Te quiero...—Oigo que dice a mi oído.

Junto a mi frente con la suya, sorprendido.

—¿Qué has dicho?—Digo sin poder borrar la sonrisa en mi rostro.

—¿Qué pasa?

—Creo que es la primera vez que me dices eso.

—Sabes que no me expreso bien.—Dice poniendo los ojos en blanco.

—Repítelo.—Insisto.—Porfa.—Hago un puchero.

—Te quiero.—Me abrazo a él con más fuerza.

—Yo también te quiero, Daniel.—Le sonrío.

—Sabes que no hace falta que pongas mi nombre al final de cada frase, ¿verdad?—Me sonríe con ironía.

Si las estrellas fueran eternas #1Where stories live. Discover now