VI. "¿Porqué lo haces apesar de que no tienes la obligación de ayudarme?'

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Terminada la organización del papeleo. Naruko salió de la torre Hokage, aún eran menos de las 8 de la noche y ya no tenía nada más que hacer.

Decidiendo (nuevamente) que ir a su se departamento sería muy aburrido, Naruko comenzó a caminar por la aldea. Los murmullos e insultos no se hicieron esperar cuando la rubia paso caminando por una área de la aldea que tenía mucho tránsito de gente.

Naruko sintió como si apretaran su pecho. Los insultos de los aldeanos eran muy hirientes y no podía evitar sentirse como una mierda cuando los escuchaba.

La impotencia golpeó a Naruko y la rubia comenzó a correr poseída por la tristeza. Su recorrido acabo cuando inconscientemente había huido hacia su apartamento y ahora se encontraba en la puerta de su casa.

La rubia Uzumaki suspiro y sacó sus llaves para abrir la puerta de su apartamento. Empujó la puerta hacia adentro y entro en la habitación.

Ya llegué - Dijo en voz alta, aunque nadie estuviera ahí para recibirla.

Cerrando la puerta detrás de ella, entró en la vivienda. Naruko se dispuso a quitarse su horrible mono naranja, dejando ver un cuerpo algo más pequeño y flaco de lo que se esperaría para una Kunoichi de 13 años.

Naruko miro la chaqueta naranja que tenía en manos e hizo una mueca. Le gustaba el color naranja, pero este chaleco no le gustaba del todo, aunque no importaba mucho su opinión ya que no podía usar nada más. Los aldeanos se negaban a venderle cosas y si lo hacían, se las vendían al triple o doble de lo que realmente valían, esa era una de las cosas por las que Naruko no estaba desarrollándose bien. Al no poder comer bien por culpa de los civiles y sus tontas creencias, el cuerpo de Naruko no se estaba desarrollando como debería. A ella le faltaba varía masa muscular y era más bajita de lo que le gustaría.

Suspirando, Naruko se dirigió al baño, entro en el lugar y se quedó parada mirando al espejo. Naruko retiro la camisa de su cuerpo y miro su reflejo por unos minutos.

Su pecho era plano, su piel sorprendentemente no tenía cicatrices y su abdomen era plano, muy plano, cielos, incluso podría jurar que se veía hueso en algunos sitios.

No le gustaba la vista de su propio cuerpo, pero de igual manera se torturó a si misma cuando comenzó a quitarse el resto de su ropa. Se dirigió a la ducha y abrió la llave para dejar que el agua fría golpeara su piel, haciéndola temblar ligeramente. Aunque a Naruko le gustaría tener una ducha de agua caliente para relajar sus músculos, no tenía ese lujo, pues la dueña del edificio en donde vivía había cortado el agua caliente en su apartamento y ella no se podía quejar porque sabía que sus peticiones serían negadas o ignoradas.

La rubia salió de la ducha y camino por el baño. Una vez más se quedó parada delante del espejo, analizando su propio cuerpo. No le gustaba, necesitaba cambiar algo urgentemente.

Naruko decidió algo, si ella podía realizar más misiones en solitario, ganaría más dinero, si ganaba más dinero, podría comprar comida más decente y eso en consecuencia ayudaría a la apariencia de su cuerpo y a su salud.

En ese momento lo decidió, durante sus tiempos libres se dedicaría a hacer misiones en solitaria para ganar más dinero.

Asintiendo para si misma, Naruko salió del baño para cambiarse en su habitación. Mañana sería un día largo y necesitaba dormir lo antes posible para recuperar energías.

**

Eran las 6 de la mañana y Naruko corría por la aldea para llegar lo antes posible al campo de entrenamiento número 7 para reunirse con su equipo lo antes posible, claro que primero paso por un rico desayuno a Ichiraku.

Problema Con Los Uchiha... (Old)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora