XXXVII. Dulce sabor amargo.

2.8K 362 63
                                    

—¿Qué fue lo que te pasó está vez?— Naruko habló desde la cocina.

—Un incidente con una trampa...— Respondió mientras quitaba los restos del líquido rojo. —La trampa se accionó, no lo vi, por suerte solo mi brazo salió dañado...

—Hmm...— Naruko soltó un bufido. —Tienes esos ojitos mágicos, ¿Cómo es que no viste las trampas?— Cuestionó con irritación.

—Bueno, en realidad no es que no haya visto.— Respondió con diferencia —Mis ojos lograron verlo, pero no importa que tan rápidos sean mis ojos, mi cuerpos simplemente no es tan rápido. Por eso entreno bastante, de nada me sirve tener los mejores ojos si mi cuerpo no puede seguir sus indicaciones.

—No lo había pensado así.

—No te preocupes, la ignorancia sobre las habilidades de nuestro clan es muy común, pero gracias por preocuparte por mi.

La conversación se cortó. Naruko seguía cocinando su comida mientras el azabache ya estaba por acabar de quitar las manchas de sangre. Cuando acabo, se dirigió a la cocina donde Naruko estaba cortando verduras.

De repente, Naruko se le quedó viendo y arrugó la nariz.

—¿Qué sucede?— Pregunto al ver la mirada que le daban.

—Estas asqueroso, no te voy a dejar comer en mi cocina con esa apariencia.

Shisui se vio a si mismo, su ropa ambu estaba maltrata y tenía sangre y polvo por todas partes. Si estaba asqueroso.

—Duchate o haz algo.

—Pero no tengo ropa y no puedo andar desnudo por tu casa...— Respondió haciendo ojos de perro abandonado. —A menos que quieras verme así, claro...

La ceja de la rubia comenzó a bailar.

—¡Ahh!— Shisui soltó un grito. —¡Oye!— El azabache sobaba su cabeza. Naruko le había golpeado con una cuchara de madera.

—¡No seas idiota!— Gruño —¿Qué no tienes casa o qué?

—Si tengo, pero está muy lejos y tengo hambre.

—No me importa, si no te bañas, no comes.— Naruko sentenció cruzando las manos sobre su pecho, haciendo entender que no retrocederia en su postura.

—Hmm.— Shisui rodó los ojos. —Esta bien, señora.— Dijo y se paró de dónde estaba para comenzar a caminar hacia la puerta.

La rubia no volvió a lo suyo hasta que escuchó la puerta cerrarse, solo hasta entonces continúo con lo suyo.

Unos treian después, se escuchó a alguien en la sala, Naruko no dió reacción alguna, pues ya sabía quién era.

—¿Porqué sigues entrando por la ventana cuando hay una puerta?— Cuestionó.

—Mil disculpas, Naruko, es que tenían algo de prisa y la puerta estaba más cerca.

Naruko volteo instantáneamente, esa no era la voz de Shisui. Al caminar hacia la sala, vio a un tipo de cabello largo y azabache, también vestido con un traje ambu.

—¿Itachi?— Pregunto sorprendida. —¿Qué haces aquí?

Itachi mostró en dorso del brazo, dónde tenía una pequeña herida.

—La herida no es grande, pero sospecho que la arma con la que fue hecha tenía veneno... ¿Puedes echarle un vistazo?

Naruko asintió comprendiendo, se acercó a la sala y comenzó a verificarla.

Veía la herida con los ojos entrecerrados, las heridas con armas envenenadas no eran muy diferentes de las heridas hechas por armas normales, pero había ciertos aspectos que una persona común no podría ver.

Problema Con Los Uchiha... (Old)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora