VII. MIDNIGHT

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La mano de su madre intentando acomodar su cabeza sobre el hueco de su hombro es algo que lo lleva más allá de lo que puede controlar. Desde niño siempre ha sentido que ella tiene un aire especial, con su nombre lo comprueba, es la paz en su forma humana.

—Descansa, tómate tu tiempo.

Sabe que puede hacerlo, que debería hacerlo, aceptar que sus párpados están muy cerrados como para no abrirse por días, pero no puede.

—Te llevaré a casa.

—No, cariño, estemos aquí por otro ratito.

Duerme, por favor.

Tiene una semana desde que ha estado trabajando de esa manera, sin dormir y mucho menos descansar de forma adecuada para que Irene pueda volver a casa y preparar algo de comida mientras él cuida de Mark.

Las cosas no están saliendo como querría.

Las quimioterapias no son suficientes para detener el cáncer en Mark, las recaídas eran constantes, pero nada de lo que no pudiese recuperarse y ahora, ha caído muy bajo.

El chico lo intenta, sabe eso, porque no se queja de nada, siempre intenta mirar el lado bueno, incluso cuando está muriendo.

Ir a la fiscalía y regresar tan pronto como puede le han quitado la vitalidad, sobre todo desde aquél día en que Sicheng lo amenazó, antes fue algo insignificante, sólo que Doyoung no lo ha contactado tampoco. Espera que realmente decida atender a la siguiente audiencia porque sino lo hace, lo arrestarán y eso va a ser otro problema.

¿Por qué un testigo (y víctima) huiría?

Taeyong tampoco quiere hablar con él y sinceramente siente que su corazón se estruja ante ese hecho. ¿Cómo puede abandonarlo en un momento como ese? Por lo menos Yuta le ha prestado su auto para llevar a su madre esos días.

No sabe qué hacer, eso es verdad, no tiene dinero para pagar un trasplante de médula ósea y le han dicho que es lo que Mark va a necesitar, por eso lleva una semana internado, porque apenas tiene la fuerza para mantenerse sano a pesar de tener quimioterapias constantes, incluso más que antes.

El banco no puede prestarle esa cantidad de dinero y mucho menos con el historial crediticio tan nefasto que ha estado intentando arreglar desde el último año.

Le han hecho saber que puede pagar en mensualidades, siempre y cuando termine de pagar en un año y es que, nada le asegura que ese sea el único transplante que le hagan a su hermano, de modo que no sabe si será capaz de pagarlo, porque si no lo paga habrá un momento en el que decidan no seguir con el procedimiento.

No sabe cómo es que las personas llegan a ser tan crueles.

Las instituciones tampoco sirven porque Mark ya no es un niño y no pueden sacar provecho de su imagen infantil. Un niño moribundo toca más el corazón de la gente que el de un adolescente.

La única solución por el momento es esa, dos quimioterapias a la semana con la esperanza de matar pronto las células dañadas de la médula ósea, cuando eso suceda, Johnny desea con toda su alma que haya podido juntar por lo menos para el primer pago para poder someterse al procedimiento y donarle lo necesario a su hermano.

El fin de semana va a tener que volver a las carreras y tiene miedo, por primera vez tiene miedo de perder la vida porque eso significa que su madre podría perder dos hijos, que sin él no habrá nadie que pueda donar o siquiera que decida pagar el tratamiento, ya no se trata de entregar el dinero y ya, se trata de estar ahí porque nadie más va a hacerlo.

Tiene miedo de que Jay esté en el lugar, de las amenazas de Sicheng, de que se entere de la situación de su hermano menor, tiene miedo de todo.

—Necesito ir a hablar con Taeyong—dice entre susurros y su madre se dedica a acariciar su cabello.

Babylon Allure [JOHNTEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora